Primero fue la Iglesia Católica que fue derribada aproximadamente en los años 60 para darle campo a una edificación sin ninguna belleza arquitectónica, unos años después fue la plaza de deportes frente a la iglesia, quien también nos eliminó esos fines de semana preciosos con sus retretas, bandas municipales y provinciales que venían a deleitarnos a los pobladores de esos años sesentas y setentas, se le dio apertura a la construcción del parque que no era la quinta maravilla pero nos acostumbramos al crecer de sus árboles, a ir hacer tertulias de pueblo bajo las sombras de sus árboles, especialmente un árbol de guanacaste; defenderemos a capa y espada esa joya arquitectónica como es la Escuela Central de Tres Ríos construida en 1943 para que no nos vayan a construir aulas prefabricadas.
Creo que este cambio tan abrupto del parque debió haberse hecho una consulta popular ya que es de dominio público, por lo menos de cortesía hacia los habitantes de Tres Ríos.
Señor Alcalde probablemente al final de la construcción del parque tendrá algunos destellos para la vista, pero en el fondo lo que ha generado es un buen negocio para algún padrino político o compromiso político a todas luces.
Atentamente
Gerardo Benavides Calvo
Céd: 2-314-081