«La Unidad Sanitaria de Tres Ríos: Un símbolo de salud y patrimonio nacional»

Lic. Leonardo Jiménez Campos

En el corazón del distrito de Tres Ríos, Cartago, se erige un edificio que no solo es testigo de la evolución del sistema de salud costarricense, sino también un ejemplo de la arquitectura racionalista-funcionalista que marcó una época. La Unidad Sanitaria de Tres Ríos, declarada Patrimonio Histórico-Arquitectónico en 2006, es un monumento vivo que narra historias de esfuerzo comunitario, avances médicos y diseño innovador.

Un esfuerzo colectivo en tiempos de crisis

En 1937, en plena crisis económica mundial, la comunidad de Tres Ríos, junto con el Estado y organizaciones como la Junta de Protección Social, unieron fuerzas para construir este emblemático edificio. Con un costo de 73,673.19 colones, financiado en parte por la Secretaría de Salubridad Pública y donaciones locales, la Unidad Sanitaria se convirtió en un faro de esperanza. En solo nueve meses, el arquitecto José María Barrantes Monge, figura clave de la arquitectura costarricense, logró materializar un diseño que combinaba funcionalidad y belleza.

Arquitectura con propósito


El estilo racionalista-funcionalista del edificio, influenciado por corrientes internacionales como la Bauhaus, se caracteriza por sus líneas limpias, ventanales amplios y distribución simétrica. Cada detalle, desde el módulo octogonal de acceso hasta los patios internos para ventilación, fue pensado para servir a la comunidad. Las fotografías históricas muestran a trabajadores levantando las armaduras de hierro y al presidente León Cortés Castro inaugurando el edificio en 1938, un momento que quedó grabado en la memoria local.

Legado en la salud pública

Bautizada en honor al Dr. Louis Schapiro, pionero en la lucha contra la anquilostomiasis, la Unidad Sanitaria fue un modelo nacional. Sus programas de atención infantil, campañas de higiene y laboratorios de serología redujeron drásticamente la mortalidad en la región. «Era más que un edificio; era un símbolo de progreso», relata un vecino octogenario que recuerda las jornadas de vacunación en los años 40.

De la decadencia al rescate

Tras décadas de servicio, el inmueble enfrentó el abandono hasta que, en 2005, un estudio técnico impulsado por el Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural revivió su valor. La declaratoria como patrimonio en 2006 prohibió su demolición y aseguró su conservación. Hoy, aunque parte de su estructura ha sido modificada, el edificio mantiene su esencia, albergando el Área Rectora de Salud.

Un futuro entre el pasado y el presente

El desafío ahora es equilibrar su uso moderno con la preservación histórica. «Queremos que las nuevas generaciones conozcan este legado», comenta una funcionaria del Ministerio de Cultura. Proyectos de restauración buscan devolverle su esplendor original, respetando los materiales y diseños de Barrantes.

Recuento histórico:

1922: Creación de la Secretaría de Salubridad Pública. 

1937 (Septiembre): Inicio de la construcción de la Unidad Sanitaria. 

1938 (Julio): Traslado e inauguración oficial. 

1940-1950: Época dorada como centro de salud modelo. 

2005: Estudio técnico para su declaratoria patrimonial. 

2006 (Diciembre): Decreto Ejecutivo N° 33639-C la declara Patrimonio. 

2021: Inscripción en el Registro Nacional como bien protegido. 


La Unidad Sanitaria de Tres Ríos es más que cemento y hierro; es un capítulo esencial de la historia costarricense. Su rescate no solo honra el pasado, sino que también plantea un reto: cómo preservar nuestro patrimonio mientras lo adaptamos a las necesidades actuales. Como escribió el historiador Luis Ferrero Acosta: «La arquitectura de Barrantes es un diálogo entre el tiempo y la función, y este edificio es su mejor carta de presentación».

FUENTE: MCJD

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