50 años desde la última generación de graduados de las escuelas Adela Rivas y Juan de Dios Céspedes

Licda. Grettel Solano Morales

En 1877, se estableció una escuela financiada por la municipalidad que en un principio se separó formando dos unidades, una para varones llamada Escuela Juan de Dios Céspedes y otra para niñas denominada Escuela Adela Rivas de Fonseca; luego, ambas escuelas se unieron para formar la Escuela Central de Tres Ríos

Para el año de 1974 se realizaron 2 cambios importantes en la educación costarricense, uno fue el cambio del sistema de evaluación y otro que todas aquellas escuelas que fueran solo para niños y solo para niñas, se convertirían en escuelas mixtas.

Es innegable que la enseñanza mixta fue un avance e incluso una necesidad en un determinado momento histórico, en el que la mujer había sido relegada a un segundo plano y cuya educación parecía destinada a perpetuarla como un ser dependiente del varón.

Hablar de la escuela mixta, fue un enorme logro en el difícil camino de la igualdad, en el que no cabe pensar, de ninguna manera, en dar un paso atrás.

Los avances en igualdad han sido extraordinarios, y quedan aún muchos por lograr, pero educar en igualdad no implica hoy la imposición de un modelo único de enseñanza mixta. En épocas pasadas, la enseñanza mixta ha sido el camino más corto para luchar contra la tremenda brecha de género que imponía el modelo social, pero el escenario actual es bastante diferente.

Puede decirse que la educación mixta ha sido en cierta medida un logro liberador en nuestra cultura. En muchos casos, ha sido el medio por el que se han alcanzado diversos derechos naturales y civiles de la mujer. Habiendo sido excluidas de la escolarización durante siglos y excluidas de las escuelas masculinas, se ha visto como un enorme avance en la lucha por la equidad. Ha servido para luchar contra una idea de fondo discriminadora y pesimista que tenía relegada a la mujer. Y también ha favorecido la convivencia natural entre hombres y mujeres, y ha fomentado la igualdad efectiva. Por eso la escuela mixta se presenta hoy en muchos casos como un valor ligado a la no discriminación, la no segregación, la igualdad, la democracia y la integración. Todo eso se ha convertido para muchos en un dogma indiscutible, envuelto de un anillo afectivo, vinculante, la institución igualitaria por excelencia.

¿Y porque traigo esto a colación? Porque en 1974 mi familia y yo migramos de San José a La Unión; al distrito de Tres Ríos; llegue a terminar mi sexto grado a la Escuela Juan de Dios Céspedes, primera mujer matriculada ese año en la escuela de varones, una gran experiencia de enseñanza de convivencia, ya que venía de una escuela mixta, a ratos era una extraña entre tantos varones otras me sentía muy bien, respetada por esos caballeros que se percibían curiosos, extraños de que una mujer invadiera sus espacios, luego se fueron incorporando otras 3 compañeras; y la vivencia fue más fluida y amigable.

Ambas generaciones la de la Escuela Adela Rivas de Fonseca como la de la Escuela Juan de Dios Céspedes sin percatarlo hicimos historia, fuimos la última generación que vivió dicho cambio en la educación costarricense, crecimos sin tecnología, con televisión en blanco y negro, algunos logramos ver el aterrizaje del apolo 11; protegidos por el Programa Alianza para el Progreso que patrocinaba el gobierno de Estados Unidos, desde la alimentación hasta los hermosos libros de ciencias, matemáticas, español y estudios sociales, otros cogiendo café para apoyar a sus familias.  Fuimos niñas y niños que crecimos con muchos cambios históricos, en medio de carencias económicas pero felices.

La graduación de la Escuela Juan de Dios Céspedes se realizó el 2 de diciembre de 1974 por primera vez en la iglesia, debido a que el salón de actos se había sido consumido por un voraz incendio a finales de 1973, se utilizo por última vez el uniforme color caqui, el de las mujeres era enagua azul con tirantes y blusa blanca.  A partir de 1975 se pierden ambos nombres y se convierte en la Escuela Mixta Central de Tres Ríos

Así que este 2 de diciembre se cumplieron 50 años de la última graduación de la Escuela de varones y de la Escuela de niñas, generación hoy día conformada por hombres y mujeres de bien, personas trabajadoras, honramos la memoria de algunos (as) que ya partieron, los otros (as) seguimos cosechando historia de los cambios vividos, de la gran experiencia de convivir juntos un paso trascendental en la historia de la educación costarricense. Hubo un encuentro de 70 compañeros y compañeras fue una actividad de anécdotas, historias, algunos teníamos años de no vernos, fue la celebración a la vida.

2 thoughts on “50 años desde la última generación de graduados de las escuelas Adela Rivas y Juan de Dios Céspedes

  1. Esa reunión fue algo lindo, ver compañeros a los cuales tenía años de no ver, recordamos viejos tiempos, recordamos cosas que hoy día no existen.
    Fue genial y felicito al grupo organizadores por tan buen trabajo 👏.

  2. Algo maravilloso, mirarnos en la mejor etapa de la vida, con hijos, nietos,algunos retirados y otros en proceso de pensionarse.
    Algunos ya en la presencia de Dios.
    Pero lo más bello es, ver que la infancia no se fue, estaba ahí y fuimos como niños cómo nos enseña la palabra de Dios.
    Viviendo con alegría el presente.
    Y recordando con nostalgia el pasado.
    Y todos niños y niñas de ayer y hoy, cómo un sólo sentir.
    Conscientes que el futuro será en la presencia de Dios y siempre seremos compañeros.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *