
Un diagnóstico ineludible
Los números no mienten: La Unión se ha quedado estancada en la medianía competitiva. Con un ICC de 0.511, ocupa el puesto 17 nacional, lejos de los cantones líderes y peligrosamente cerca de ser superado por territorios que hasta hace poco miraba por encima del hombro. El estancamiento no es casual: es el resultado de una falta de visión estratégica, políticas públicas timoratas y una peligrosa complacencia con lo «suficientemente bueno».
Pero este no es un editorial para lamentarse. Es un llamado a la acción. La Unión tiene los recursos, la ubicación y el capital humano para dar un salto cualitativo. Lo que falta es audacia, coordinación y sobre todo, voluntad política.
Las contradicciones de un cantón dormido en sus laureles
Es paradójico: La Unión destaca en infraestructura (0.715) y calidad de vida (0.534), pero fracasa en traducir estas ventajas en desarrollo económico y laboral. Mientras el país avanza hacia una economía del conocimiento, este cantón sigue anclado en un modelo que ya no da más.
- Tiene acceso a la Florencio del Castillo, pero no ha sabido convertirla en un corredor logístico.
- Alberga instituciones educativas, pero sus jóvenes emigran por falta de oportunidades.
- Recibe migración de la GAM, pero no genera empleos de calidad para retener talento.
Esta desconexión entre potencial y realidad es inaceptable.
Propuestas concretas: Un decálogo para la transformación
- Plan de Competitividad Cantonal 2025-2030
- Establecer metas claras: subir al top 10 nacional y alcanzar un ICC mínimo de 0.600.
- Crear un consejo público-privado para monitorear avances (con participación de universidades, cámaras y sociedad civil).
- Revolución educativa
- Alianza con el TEC y la UCR para crear un centro de formación técnica en sectores estratégicos (logística, agrotecnología, servicios avanzados).
- Programas de becas condicionadas a la empleabilidad local.
- Municipio facilitador
- Ventanilla única para emprendimientos con trámites exprés (<72 horas).
- Incentivos fiscales para empresas que generen empleos en industrias 4.0.
- Economía diversificada
- Fomentar clusters de servicios profesionales (diseño, TI) para freelancers que migran de la GAM.
- Conectividad inteligente
- Internet gratuito en corredores empresariales y parques industriales.
- Ruta integrada de transporte público con Cartago y San José.
- Gobierno abierto
- Plataforma digital para transparentar proyectos municipales (presupuestos, avances, contrataciones).
- Consultas ciudadanas vinculantes sobre prioridades de inversión.
- Marca territorial
- Campaña «La Unión Innovadora» para atraer talento e inversiones, destacando ventajas geográficas y calidad de vida.
La hora de las decisiones
A los líderes políticos de La Unión les queda un camino: o actúan con urgencia o condenan al cantón a la irrelevancia económica. No se necesitan grandes recursos, sino:
- Menos discursos y más proyectos ejecutados.
- Menos rivalidades políticas y más alianzas público-privadas.
- Menos conformismo y más ambición colectiva.
Los ejemplos existen: Belén pasó de ser un cantón dormitorio a líder nacional en 15 años. ¿Por qué La Unión no podría hacerlo?
Un último mensaje
Este editorial no es un reproche: es una invitación a construir un futuro distinto. La competitividad no es un fin en sí mismo, sino el camino para generar empleo digno, reducir desigualdades y mejorar la calidad de vida. La Unión tiene todo para lograrlo. Solo falta que sus líderes —y sus ciudadanos— decidan dar el paso.
El momento es ahora.