
Con legítimo orgullo, celebramos la reciente declaratoria de los Clubes Rotarios de Costa Rica como «Institución Benemérita de Servicio Social», distinción que honra casi un siglo de labor ininterrumpida en nuestro país. Desde este medio de comunicación, que por años ha sido testigo directo de su incansable trabajo, reconocemos especialmente la extraordinaria labor de Rotary Cartago en el cantón de La Unión, donde su impacto trasciende lo asistencial para convertirse en un verdadero motor de desarrollo comunitario.

Educación con corazón
Rotary Cartago ha demostrado que la educación es mucho más que pupitres y cuadernos. Su entrega anual de útiles escolares a cientos de niños, la donación de mobiliario educativo y el apoyo constante a escuelas públicas reflejan una comprensión profunda: la verdadera equidad comienza cuando todos los estudiantes tienen herramientas dignas para aprender.

Una de las entregas de útiles se realizó en 2019 en El Carmen
Salud que salva vidas
Su labor en el campo de la salud preventiva marca la diferencia entre el diagnóstico temprano y la tragedia. Las jornadas de detección de cáncer de mama, la donación de equipos médicos especializados y las campañas de concientización han convertido a Rotary Cartago en un aliado indispensable del bienestar en La Unión.
Compromiso que lleva nombres propios
Como medio local, hemos tenido el privilegio de documentar el trabajo de rotarios ejemplares como Alberto Ayón, Teresa Chang y sus familias, cuyo compromiso va más allá de las reuniones protocolarias. Son ellos quienes, semana tras semana, cargan cajas de útiles, organizan tamizajes médicos y visitan comunidades para identificar necesidades reales. Su entrega silenciosa pero constante es el verdadero cimiento de esta declaratoria de benemeritazgo.
Un reconocimiento que inspira

Esta declaratoria no es un punto final, sino un reconocimiento a casi 100 años de servicio rotario en Costa Rica y un impulso para continuar. En Rotary Cartago vemos el mejor ejemplo de cómo el voluntariado organizado puede transformar realidades: no con discursos, sino con acción concreta, transparencia y amor por el prójimo.
«El verdadero servicio no busca aplausos, pero hoy, los merece todos». A Rotary Cartago, a sus socios comprometidos como la familia Ayón-Chang, y a todos los rotarios del país: ¡Gracias! Que este benemeritazgo sea combustible para seguir escribiendo, juntos, una historia de solidaridad que trascienda generaciones.