FIASCO EN LA CALLE MARTÍNEZ: OBRA PÚBLICA QUE NO DURÓ NI 1 AÑO EXIGE NUEVA INVERSIÓN MILLONARIA

  • Vecino expone cómo la «chambonada» en el sistema de drenaje llevó al colapso total

La Calle Martínez se ha convertido en el símbolo de posibles malas prácticas en la gestión pública. Lo que prometía ser una solución se transformó en un problema crónico: menos de 12 meses después de su reconstrucción, el asfalto se ondula, el sistema de drenaje colapsa y los vecinos conviven con una obra que se deshace ante sus ojos.

En esta investigación, Isaac Marín, un ciudadano con amplio conocimiento técnico en la materia, desmenuza punto por punto lo que considera los errores de planificación, diseño y ejecución que condenaron al fracaso un proyecto que, según denuncia, nació viciado desde su concepción y que hoy exige una reconstrucción total con una inversión que todos los contribuyentes terminarán pagando… por segunda vez.

EL DIAGNÓSTICO DE UN DESASTRE ANUNCIADO

Isaac Marín: La Calle Martínez es un fiasco, un fracaso total. Le podemos poner todas las connotaciones que queramos, pero es un insulto en todos los sentidos: para mí como vecino. La parte técnica no tiene pies ni cabeza. Es un proyecto que nació sin planificación, un proyecto que nació sin diseño.

Leonardo Jiménez: ¿A qué cree que se debió entonces la ejecución de esta obra?

Isaac Marín. Habían otros puntos que merecían más la atención inmediata. Si lo que se quería era mejorar el camino en ese momento, dado que se sabía que el puente que estaba haciendo la Municipalidad de Cartago se estaba ampliando a dos carriles… pues lamentablemente, hacer un puente a 3 km o más, y no haber mejorado las condiciones pluviales cerca de ese puente, es lo que hoy hubiese ayudado más que lo que se hizo en la Calle Martínez.

Leonardo Jiménez: Usted menciona las condiciones pluviales. ¿Qué falló específicamente en el diseño para manejar las aguas?

Isaac Marín: Es la pregunta clave. Después de la obra, se hicieron pozos, se construyeron los pozos, se construyeron las tuberías, pero cuando se hizo el corte en los taludes no se previó hacer cunetas o cordones de caño para conducir las aguas, por lo tanto el agua que caía ayudó a la filtración en el pavimento y lo dañó. ¿adónde van las aguas? ¿Cuál fue el estudio hidrológico que se hizo para determinar la capacidad de estas tuberías? Aquí estamos hablando de zonas tributarias que hay que analizarlas en conjunto con la cuenca de donde vienen todas las aguas, las calles, etc. Parte del problema es que con las construcciones se impermeabilizan los terrenos, y obviamente toda el agua va a parar a la calle. La duda es si se hizo algún estudio hidrológico-hidráulico para ver si la capacidad del tubo que metían daba abasto con el caudal. Si no da abasto, y evidentemente no lo dio, con el primer aguacero fuerte el agua empieza a llenar todo desde abajo y termina saliendo por todos lados.

Leonardo Jiménez: Y esto, a su vez, afecta la estructura del pavimento…

Isaac Marín: ¡Exactamente! Si no se hace un buen sellado de los pozos o tragantes, el agua afecta la estructura del pavimento. Lo cual es lo que ha pasado. Lamentablemente, en menos de 12 meses de haberse hecho esta obra, ya está completamente inutilizable. Arreglarlo implica arrancar desde abajo, ver cómo está la tubería, y prácticamente construir todo nuevo, repetir el gasto de dinero. Y a la gente que se encarga de hacer estos desastres… ahí no se les hace nada, no se les dice nada, y seguimos con estas porquerías de trabajo.

LA SOLUCIÓN: EMPEZAR DE CERO

Leonardo Jiménez: ¿Qué se observa a simple vista ahora?

Isaac Marín: Don Leo, sí, indiscutiblemente, esto hay que hacerlo nuevamente. Ya no se sabe cuánto está bueno, cuánto está malo, qué se puede rescatar y qué no. Hay demasiada ondulación en el asfalto, demasiadas «pelotas», por decir de alguna forma. Es evidente que ya no está sirviendo y hay que cambiarlo por completo.

Leonardo Jiménez: En conclusión, ¿cuál es la solución definitiva?

Isaac Marín: Se tiene que hacer, pero empezando desde cero, Don Leo. Con un trazado correcto con topografía y todo, no a la «chambonada». Porque estos cortes que hizo la Municipalidad, donde arrancaron los taludes a los costados para ampliar el derecho de vía, eso fue una chambonada. Hay que mandar hacer topografía, un trazado de toda la calle y un inventario de necesidades. Hacer, obviamente antes de asfaltar, todo el tema de cordones de caño, cunetas y todos los sistemas que permitan conducir las aguas pluviales a los pozos para que se vayan por las tuberías, y no directamente por la calle. Porque si no, vamos a tener exactamente lo mismo. Si se arregla tal como está, en poco tiempo, en el próximo invierno, se va a dañar todo nuevamente. La solución es agarrarlo y hacerlo nuevamente bien: cunetas, compactar bien la base, y luego meter la capa de asfalto para que el proyecto tenga duración.

¿Y ahora qué?

El caso de la Calle Martínez trasciende el simple bache o la mala obra. Las aguas han revelado una realidad: un sistema de drenaje inadecuado hundió literalmente la calle.

La advertencia de Marín es clara: cualquier parche o solución superficial no hará más que postergar el inevitable colapso en el próximo invierno, dilapidando una vez más el dinero público. La solución, aunque dolorosa, es única y contundente: demoler lo mal hecho y comenzar de cero, esta vez con estudios, trazados topográficos y un sistema de drenaje que realmente funcione. Mientras tanto, la Calle Martínez seguirá siendo el monumento cotidiano de una infraestructura que nació para servir, pero que terminó por convertirse en un recordatorio de las obras que no deben darse.

Sin respuesta

Realizamos las siguientes consultas a la administración municipal sin embargo al cierre de nuestra edición no hemos recibido respuesta.

¿Qué empresa o contratista fue el responsable de ejecutar las obras de reparación y canalización en la Calle Martínez, y qué garantía ofreció por los materiales y la mano de obra? 

    • Considerando que la obra colapsó en menos de un año, ¿qué protocolos de supervisión y control de calidad se aplicaron durante su construcción y quién fue el funcionario municipal específicamente responsable de firmar la recepción final de la obra? 
    • Solicitamos de manera formal copia del expediente completo de esta obra, incluyendo los estudios de suelo y drenaje que, presumiblemente, debieron realizarse antes de la licitación y ejecución del proyecto.
    • ¿Cuál fue el costo total de la obra fallida, desglosado en materiales, mano de obra y supervisión?
    • ¿Está la Municipalidad considerando iniciar acciones legales o reclamar la garantía al contratista para que no sean fondos públicos los que cubran esta nueva reparación?
    • La canalización instalada se reveló como ineficaz. ¿En qué se basó la elección del tipo y capacidad de las alcantarillas utilizadas?
    • ¿Se siguió un criterio técnico? ¿Quién lo diseñó?
    • Dada la peligrosidad actual del tramo, que ya ha estado a punto de causar accidentes graves, ¿cuál es el plan de acción inmediato? ¿Se señalizará el área de manera preventiva y se realizará una reparación de emergencia mientras se proyecto una solución definitiva? 

     ¿Cuál es el cronograma estimado para la reparación definitiva de la Calle Martínez y, esta vez, qué medidas técnicas diferentes se implementarán para garantizar que el nuevo asfalto y el sistema de drenaje sean permanentes?

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