COLUMNA “ESPRESSO” (abril 2018)

para Crónicas de la Unión

Aramis K. Vidaurre*

Abril 2018, Habemus Presidente…

¿Cómo es que el partido involucrado en el mayor escándalo de corrupción política, con un gobierno que ha llevado a este país a una tasa de desempleo mayor a un 9%, con un déficit fiscal proyectado al 7,1% para 2018 –el más alto de las últimas décadas-, que se quedó sin dinero en diciembre de 2017 para pagar salarios a los burócratas y que ya en agosto de ese mismo año había anunciado falta de liquidez, que tiene al país sumido en una inseguridad con una tasa de homicidios de 12,1 por cada 100.000 habitantes -la OMS ha declarado que después de 10 es considerado una epidemia- se le haya dado una segunda oportunidad para seguir en el poder?

La respuesta es sencilla: recibió una mano del cielo….y no es una respuesta antojadiza que busque subestimar las calidades del hoy presidente electo Carlos Alvarado; pero las últimas dos semanas del proceso electoral demuestran aquello de que en política todo es posible, y casi que válido…

Y esa manita divina que recibió ese 01 de abril vino precedida de una serie de situaciones que adornaron un proceso muy duro, sucio llaman algunos, polarizante llaman otros. Repasemos primero ese “extreme makeover” que recibió la imagen de Carlos Alvarado desde marzo, que podríamos considerar una versión 2.0: con una imagen de muchacho católico, de familia -tradicional-, quien no se atrevió a presentar en sus spots televisivos una familia sexualmente diversa por que se alejó de una agenda LGTBIsta que abanderó durante un trecho importante de su campaña, que visitó programas de radio de diversa denominación -algo impensable meses atrás-, al que también lo aislaron prácticamente del PAC cambiándole los colores.

Luego, cuando La Nación saca aquel domingo 18 de marzo una publicación de una decena de páginas dedicadas al líder espiritual de Fabricio, ese fue el momento que Carlos y su gente estaban esperando para atacar. Fabricio Alvarado estaba “viviendo de la renta”, como el pugilista que intentaba ganar puntos en las tarjetas de los jueces sin desgastarse.

Así que, mientras Fabricio intentaba complacer a varios sectores con un plan de gobierno 2.0, el cual nadie se lo pidió, él solito se metió en ese saco, quienes asesoraban a Carlos estaban trabajando en su propio plan 2.0 dando al voto emocional sustancia: angustia y temor que significaba tener a un Fabricio Alvarado de presidente. Por ello tampoco es de extrañar que los debates de mayor importancia que se dieron durante las dos últimas semanas de marzo, la estrategia era clara: tratar de relacionar a Fabricio como una amenaza hacia los valores católicos más profundos reflejados en la Virgen de los Ángeles. Así que, ¿por qué dejar de lado el tema de la religión y los valores sí podrían usarlo a su favor?

Ya no se trataba de que sí Fabricio tuviera título o no, o de quién tenía las mejores ideas para hacerle frente al déficit fiscal; se trataba ahora de defender a “la Negrita”.

Cuenta la historia que así fue como progresistas y católicos se unieron un 01 de abril de 2018…

Pero la historia no termina ahí, la historia más adelante nos dirá si don Carlos Alvarado tendrá la madurez política que el actual Presidente no tuvo creyendo que el apoyo recibido en segunda ronda de 2014 era un cheque en blanco para tratar de gobernar para una minoría buscando modificar un sistema de valores y tratando de imponer normas jurídicas a contrapelo de la soberanía residente en la Asamblea Legislativa; ¿será el Presidente electo capaz de entender el mensaje que se le envió ese domingo y aprovechar así esa valiosa segunda oportunidad dada por el Soberano?

FELICIDADES DON CARLOS.

*Profesor universitario, escritor, analista político, co-conductor de “En la Esquina del Parque”, en Radio Centro.

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