Publicación año 2015
Inquietos, molestos, de cierta manera indignados, pero ante todo preocupados por hechos que se han dado a través del tiempo, respecto a las verdades de esta finca, nos dimos a la tarea de emprender una investigación al respecto y lo que nos hemos encontrado en ella nos ha puesto los pelos de punta.
A esta finca le hacen falta, legítimamente, 1.128 hectáreas de terreno, pues su verdadera área es de 1.359 hectáreas y nunca las 231 que en su momento se pretendió inscribir en octubre de 1999, por el alcalde de entonces.
La historia está escrita y es legal, pues de lo contrario, lo que está en el Registro Nacional entonces no tendría valor registral para nadie.
La finca Los Lotes, nace a vida jurídica el 29 de abril de 1872, así comprobado en el tomo 79, folio 197, inscripción 1º, bajo el número de finca 4565, con un área de 34,75 caballerías, curiosa nomenclatura, pero que equivale en metros a 1.568 hectáreas con 1493 metros cuadrados de acuerdo con los parámetros de conversión de entonces, que eran los de Guatemala y que se logran comprobar en los asientos y anotaciones marginales que en el desarrollo y movimientos de la finca se registran en dicho tomo del Registro Nacional.
En aquel entonces, año 1829, Don Bartolomé Conejo, Síndico Procurador del Pueblo del Pilar de La Unión, solicita con todo respeto, a Don Manuel Fernández, Intendente General, la adjudicación del terreno que conforma dicha finca, que se describe ampliamente en el preámbulo de la inscripción en el tomo ya citado, y que por ley se le asigna al pueblo por él representado.
Se asigna entonces al señor Juan Antonio Castro, el encargo de la mensura (medida) de dicho terreno y él mismo manifiesta; que aquella obedece a la realidad de la que se ubica entre mojones y a que se hizo referencia.
Con ello así establecido, el Jefe Supremo del Estado Libre de Costa Rica en la República Federal de Centro América, Juan Mora Fernández, por Decreto del 6 de octubre de 1829, concede al Pueblo del Pilar de Cartago, la posesión y propiedad y ordena librar (expedir o extender) el título de propiedad, mismo que es así hecho por el Secretario General Joaquín Bernardo Calvo, representante del Jefe de Estado, documento que es presentado al Registro, el 15 de octubre de 1869, según consta en el asiento 816, folio 275, tomo tercero del Diario.
Así entonces, a solicitud de Don Luis de Sáenz, Apoderado del Agente Fiscal de Cartago, Don Francisco Sáenz, hace la inscripción de dicha finca, como se dijo anteriormente; el 29 de abril de 1872.
A partir de ahí, la Finca Los Lotes pasa ha ser propiedad del Pueblo del Pilar de La Unión o de Cartago como se consignó en el decreto emitido por Don Juan Mora Fernández. Recordemos que en aquel entonces no había municipalidad y los pueblos eran representados por el Sindico del momento.que era la persona elegida por el pueblo para defensa y custodia de sus intereses, sociales y económicos, es decir, el Gobernante del pueblo, que se fue transformando con el tiempo hasta llegarse a lo que ahora es el Gobierno Local.
A partir de aquella fecha, empiezan a cercenarle terrenos a la finca y así nos encontramos en la inscripción o asiento 2º, la segregación de 69 hectáreas de terreno, por venta hecha a la Sucesión de Ramón Barahona Ruiz.
De igual manera, por anotaciones marginales se logra comprobar, que en 1873 se le practican cinco segregaciones más de; 19, 6, 5,6 y 3 manzanas, por ventas hechas a Mercedes Padilla Castro, Nazario Solano Conejo, Prudencio Méndez Fallas, Miguel Alvarado Astorga y Norberto Zúñiga Mora, respectivamente.
En 1894 se le practican también una segregación de más de 65 hectáreas, que igual se le otorgan a la Sucesión de Ramón Barahona Ruiz.
El último movimiento que registra se produce el 20 de junio de 1940, cuando por inscripción 3º , se logra comprobar la venta de un lote de tres hectáreas dos mil setecientos metros cuadrados a la empresa Sociedad Mercantil Miller Hnos.
Después de ello no hubo más movimientos y de acuerdo con lo que en dicha inscripción aparece registrado como último dato de área restante de la finca, esta es de 1359 hectáreas, cincuenta y nueve áreas, setenta y nueve centiáreas, treinta decímetros y setenta y tres centímetros cuadrados.
De acuerdo con la escritura 116 del 18 de octubre de 1999, presentada al Registro el 23 de noviembre del mismo año, se buscó inscribir a nombre de la Municipalidad de La Unión dicha finca, que desde el Siglo IXX está inscrita a nombre de este pueblo, que actualmente, como lo fue en aquel entonces, es representado por la autoridad política en ejercicio, solo que un área miserable según la historia de la misma, pues solo se hace constar en ella un área de doscientas treinta y una hectáreas, seis mil novecientos metros cuadrados, es decir 11 millones, 269 mil 59 metros cuadrados con 31 decímetros cuadrados, menos.
Según lo que se nos ha dicho, es improcedente esa inscripción pues la finca tiene una historia de inscripción legal desde el año 1872 y esa es en términos simples; la que vale.
Estamos, junto a profesionales del ramo, con la descripción de linderos que ofrece la primera inscripción y las segregaciones dadas, buscando armar el plano que correspondería a la realidad de dicha finca, que debe el pueblo reclamar, pues es por ley de su pertenencia y es obligación de sus autoridades políticas, que lo representan, buscar el medio y la forma de recuperar semejante cantidad de terreno, máxime cuando nos hemos enterado, de la enormidad de terreno que involucra la zona protectora de la naciente del Río Tiribí, que impide dentro de ella, ejercer una serie de actividades que contaminen dicha cuenca y que hoy sin mayores miramientos, salvo lo que conocemos de la Finca, nadie más respeta en bien de dicha conservación de la naciente y del medio ambiente que genera.