Pedro A. Soto Sánchez
La pregunta de cómo enfrentar la inseguridad ciudadana es frecuente y las respuestas son variadas. La mayoría de las veces, se sugiere la necesidad de mayor control y presencia policial, la instalación de cámaras de seguridad, patrullajes y arrestos, entre otros. Sin embargo, esto nunca será suficiente. Para garantizar la seguridad en nuestros barrios y comunidades, es esencial fortalecer la convivencia, los acuerdos y las relaciones personales y comunitarias.
La convivencia se construye a través de proyectos de desarrollo social, el mejoramiento integral de los barrios desfavorecidos, una educación de calidad y la participación ciudadana, así como con proyectos ambiciosos que potencien la cultura comunitaria. Además, se requiere una labor amplia de comunicación pública y la concertación de esfuerzos entre el gobierno municipal, el gobierno central, las instituciones públicas y privadas, y las organizaciones representativas de todos los sectores sociales, políticos y económicos.
Aunque de exigir al Estado cumplir su obligación de garantizar la seguridad ciudadana, debemos trabajar para fortalecer la convivencia que garantiza la seguridad, como una responsabilidad que todos compartirmos. Mediante la acción coordinada de personas, organizaciones y entidades interesadas, el gobierno municipal y las instituciones vinculadas deben desarrollar proyectos de infraestructura comunal con impacto directo en la seguridad, como el mantenimiento de zonas verdes, el arreglo de calles y el alumbrado público en todos los sectores, especialmente en las zonas de alta circulación de personas.
Garantizar que los parques, salones comunales, áreas de juego infantil y otros espacios públicos sean escenarios constantes de actividades culturales, deportivas y recreativas es otro mecanismo para profundizar la convivencia. En consecuencia, habilitar este tipo de espacios en aquellos sectores donde no existen debe convertirse en una tarea prioritaria. El espacio público debe ser el espacio de la convivencia.
Los lugares identificados como solitarios o inseguros podrían también ser ocupados mediante la ubicación de puestos o lugares de comercialización de artesanías, loterías y otros, debidamente acreditados ante el gobierno local. Además, es indispensable fomentar un amplio reconocimiento de todos nuestros barrios. Es necesario que todas las personas conozcan bien su entorno inmediato, su geografía física, humana y social.
Otro eje de acción importante es la implementación de programas de capacitación y comunicación que ayuden a generar una cultura de paz y respeto a la ley. Es fundamental el fortalecimiento institucional y el afianzamiento de la ciudadanía: un gobierno y un Estado más organizados, fuertes e integrales, y una comunidad más participativa y cohesionada en su tejido social.