
Por Lic. Diana Andrade Chavarría
La reciente propuesta del alcalde Cristian Torres Garita para crear una Gerencia General y dos nuevas direcciones en la Municipalidad de La Unión ha reavivado el debate sobre la eficiencia y el tamaño de la administración municipal.
Según el documento oficial, la creación de estas nuevas plazas busca optimizar la gestión municipal y adaptarse a los desafíos actuales, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los habitantes del cantón. Sin embargo, esta iniciativa ha generado preocupación entre los ciudadanos, quienes temen que la ampliación de la estructura organizativa pueda traducirse en una mayor burocracia y en un incremento del presupuesto destinado al pago de salarios, sin garantizar necesariamente una mejora en la eficiencia de los servicios municipales.
La Municipalidad de La Unión ha sido objeto de críticas en el pasado por su falta de agilidad en la respuesta a las necesidades de la comunidad.

Además, se ha cuestionado la falta de planificación urbana y la permisividad ante construcciones en zonas de alta fragilidad ambiental, lo que refleja una gestión deficiente en áreas clave para el desarrollo local. Y sin hablar de la poca política pública cantonal orientada a fortalecer el sector social del cantón.
La creación de nuevas direcciones, como la de Servicios, que abarcaría la gestión ambiental, el desarrollo socioeconómico, la gestión cultural y la escuela de música, podría ser una oportunidad para abordar de manera integral estos desafíos. No obstante, sin una estrategia clara y una rendición de cuentas efectiva, existe el riesgo de que estas nuevas dependencias se conviertan en “más caciques” dentro de una estructura ya de por sí ineficiente, diluyendo responsabilidades y complicando aún más la toma de decisiones.
Es fundamental que cualquier reestructuración administrativa esté acompañada de un compromiso real con la transparencia y la eficiencia. La comunidad de La Unión merece una municipalidad que responda de manera ágil y efectiva a sus necesidades, y no una que se limite a engrosar su aparato burocrático sin resultados tangibles. La propuesta del alcalde debe ser evaluada con rigor por el Concejo Municipal, asegurando que cualquier cambio en la estructura organizativa esté plenamente justificado y orientado a mejorar la calidad de los servicios públicos, sin representar una carga innecesaria para el presupuesto municipal.
La reestructuración de la Municipalidad de La Unión debe enfocarse en fortalecer la capacidad de respuesta y la eficiencia administrativa, evitando la creación de puestos que no aporten valor añadido a la gestión municipal. Solo así se podrá garantizar que los recursos públicos se utilicen de manera óptima, en beneficio de toda la comunidad.
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