
Por: El Observador desde Los Pinos
Parece que en La Unión han descubierto la fórmula mágica para mantener la democracia tan emocionante como un partido de fútbol en tiempo extra. Resulta que si un tercio de los regidores se despierta un día sintiéndose particularmente valiente, y logra reunir el apoyo de tres cuartas partes del Concejo Municipal, pueden convocar un plebiscito para preguntarle a la ciudadanía: “Oigan, ¿les seguimos aguantando al alcalde sus peripecias o lo mandamos de vuelta de donde vino?”.

Pero, ¿por qué conformarnos con aburridos debates cuando podemos organizar un emocionante plebiscito? Aquí presento nueve razones de peso digo diez —o al menos de mucho volumen— para pedir la destitución y convertir el proceso en el espectáculo cívico del año:
- Su plan de movilidad urbana es tan eficiente como un semáforo descompuesto. Bajo su mandato, el tráfico ha alcanzado niveles de meditación forzada: usted puede planear su jubilación mientras espera cruzar una calle.
- Su proyecto de parquímetros ha sido todo un éxito poco a poco ha logrado acabar con el comercio de la ciudad de Tres Ríos
- Las calles parecen un mapa de cráteres lunares. Gracias a su gestión, los ciudadanos ya no necesitan viajar a la Luna para experimentar la gravedad cero; basta con manejar dentro del territorio cantonal.
- La transparencia es su virtud… solo si hablamos bien de su discurso. Cada vez que explica en qué se invirtió el presupuesto, la gente entiende menos. Y sus respuestas (cuando responde) son más enredadas que el cabello de Bob Marley…
- Los servicios públicos son una sorpresa cada mañana. ¿Habrá agua hoy? ¿Recogerán la basura? Bajo su liderazgo, la incertidumbre se ha convertido en el deporte municipal favorito.
- Sus proyectos estrella tienen más hoyos que un queso gruyere. Desde el “parque deportivo ecológico” que es solo un lote baldío o la esperada conclusión del Bulevarshhh que no era Bulevarshhh. Y que no decir de la policía municipal que no existe…
- La participación ciudadana es bienvenida… siempre y cuando sea para aplaudirlo. Cualquier crítica es considerada “noticia falsa” o “ataque a la institución”. Si no le creen a él, ¿a quién le van a creer?
- Su capacidad para culpar a otros es tan grande que ya debería ser patrimonio cultural. La lluvia, el gobierno anterior, los alienígenas… cualquier cosa es responsable de los problemas, menos sus acciones.
- Su «obra cumbre»: el monumento escultórico abstracto de carros colgando hacia el río en el plantel municipal. Lo presenta como «arte urbano vanguardista», pero todos sabemos que es el resultado de su fallido programa de tránsito que ahora no sabe dónde almacenar. Los turistas lo fotografían creyendo que es una crítica al consumismo, cuando en realidad es la prueba de su incapacidad para vender chatarra.
- Su célebre ponencia sobre desechos sólidos ganó un viaje a Buenos Aires… ¡Buen viaje! Viajará a Argentina para dar lecciones de gestión de residuos y temas ambientales en tanto las construcciones ilegales pululan en las zonas protegidas y la basura por doquier no me diga… Esperamos nos comparta al menos la presentación.

En fín conciudadanos:
Ante este panorama, ¿realmente vamos a dejar pasar la oportunidad de activar este maravilloso mecanismo democrático? El Reglamento nos lo pone en bandeja de plata —otra de esas cosas que escasean en el municipio—. Es hora de valorar la opción de jugar a «Derroquemos al Alcalde y a sus vices». Al fin y al cabo, ¿qué puede salir más mal?

Al menos, será más entretenido que ver cómo se cae a pedazos la ciudad mientras nuestro alcalde inventa periplos al cono sur pregonando en el exterior lo que aquí no hace… al mejor estilo de haz lo que digo y no lo que hago.
¡Que empiece el plebiscito o referendum o lo que sea!
Cuales podrían ser los tres regidores proponenntes, de sugerir al seno del Concejo, la opción de que se eleve a Plesbicito la continuidad del Alcalde.
En principio podría considerarse que ello es posible, pero no es tan simple. Presentada la moción debe ser aprobada, para crear una Comisión Especial que analice, estudie y dictamine, si los hechos que fundamentan la misma, hace procedente plantear ante el Concejo, el convocar a Plesbicitto.
Ese dictamen, no vinculante para la decisión del Concejo, debe ser conocido, discutido, debatido y votado en el seno del Concejo, donde, para ser efectiva la decisión, deberá ser votado a favor de convocar ese Plesbicito, por no menos de siete (7) regidores (quienes podrían ser).
Si ello se da, debe ir al TSE, para que este lo convoque.
Para ser efectivo este Plesbicito, debe haber una una participación no inferior al 10% del Padrón Electoral inscrito, al momento que el TSE indique. En el caso de La Unión, a hoy, no podrían participar menos de 7800 electores y para que el resultado conduzca a la destitución, la Votación solicitando esa decisión, no podría ser inferior a las dos terceras partes, en el caso planteado sería de 5.200 votos.
No es muy sencillo, pero tampoco imposible…