Sabía usted que… Pilaricos se inspiran  en La Carpintera

Prof. Esperanza Herrán de Vargas

No hay  montaña  más linda que La Carpintera

No se puede  dominar el paisaje  hermoso de LA CARPINTERA sin levantar  los ojos  hacia  el cielo, obliga a elevar  los espíritus  hacia  lo divino.

Prof. Esperanza Herrán  viuda de Vargas

Prof. Ilce Calvo Fonseca

Como regalo del  cielo

a nuestra  patria  dejó,

los paisajes  majestuosos

que jamás pintor plasmó.

Tonalidades preciosas

manejadas con sabor,

han dado  a mi Carpintera

elegancia y esplendor.

No hay celaje  que se iguale

cuando el astro  sol se posa

sobre sus verdes montañas

en la tarde melodiosa.

Es alegría  de vivir,

fuerza de sentimientos,

tumulto de sentimientos,

con la fuerza  de sus vientos

Es el alma de mi tierra

su más  seguro bastión

nuestra niña consentida

nuestra más bella  ilusión.

Padre Alberto Cordero Amador

Atalaya enhiesta, centinela alerta,

Montaña que luces gallarda y esbelta,

Retablo gigante, enseña,

Y de La Unión, baluarte

Tienen tus entrañas ricos manantiales,

Reservas futuras, ocultos tesoros,

Leyendas preciosas, misterios y encantos

Que escondes, celosa, en tus verdes mantos.

Tu esbelta silueta conocen las gentes,

Tus trillos han visto muchas romerías,

Paseos, cazadores, buscando alegrías,

Descanso, sosiego, que albergan tus bosques,

Tu paz, tu armonía, tu dicha constante.

Tienes tus balcones amplios horizontes

Y a tus pies se extiende la vasta meseta

Y desde lejanas ciudades que miran

Tu molde imponente; como pebeteros,

En noches oscuras te brindan sus velas

Eres, Carpintera, de todos los montes,

Siempre el primero,

Porque eres hermosa

Porque nunca faltas y en cada mañana

Tu silueta verde o tu manto blanco,

Luces primorosa.

Tu brisa es caricia, tu viento es canción

Tus ricas cascadas que bajan al valle

Y tus aires fríos de cada mañana

Cautivan y hechizan y sois la pasión

De quienes visitan tu fértil sabana.

Quiero contemplarte siempre como ahora

Subir tu pradera y escalar la cima

Sentirme más cerca de mi Dios, del cielo;

Mirar las estrellas que lucen tan bellas

Cuando en ti reflejan sus lejanos rayos,

O escuchar tu trueno que veloz cual rayo

Anuncia que viene hacia el valle.

Quiero que me aceptes, que me des tu cuna,

Que cuides y meces como fiel guardiana,

Sentir tu regazo, morir en tus brazos,

 O por tus peldaños remontarme al cielo.   

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