Autoridades Municipales Concejo y su séquito ¿Quiénes son para el pueblo que los elige?

Por Luis Aguilar “Valencia”

Para Crónicas de La Unión

E-mail: luisvalencia@ice.co.cr          

Estamos a las puertas de una elección más para elegir democráticamente a nuestro “parecer” la nueva planilla que regirá los destinos progresistas del cantón, por medio de la institución municipal. Y digo “planilla” porque ellos los regidores, síndicos y alcalde son pagados como dietas u honorarios, conformando así su salario por ejercer su cargo por el que fueron electos popularmente y pagados con nuestros tributos.

La corporación municipal es una empresa de bien público-comunal y sobre todo solidario de extremo a extremo. Si bien es cierto que hoy día ahí en la corporación todo se cobra, pero también no todo se ejecuta o digamos se debe ejecutar con la legalidad y accionar de un Código Municipal y algunos reglamentos internos que se le facultan a las municipalidades por ser entes autónomas del gobierno central.

En una municipalidad tan conflictiva como es la nuestra, desde su raíz hasta los tallos y ramas de este árbol llamado corporación municipal, es difícil quedarle bien a la comunidad por la simple y sencilla razón, que cada gobierno local nombrado, o como el que está por suceder, hereda del gobierno anterior cualquier cantidad de  problemas, demandas, obras incompletas,  presupuestos sin aplicar, presupuestos faltantes, peticiones, y sobre todo partidas sin girar a órganos adscritos a la institución que arrastran grandes  déficits presupuestarios anteriores, y esto viene a ser  la condena del que sigue, porque esto ha sido un mal sin remedio desde muchos gobiernos atrás, quien hereda una municipalidad limpia, “nadie”  “Dichosamente el pueblo olvida todo” y solo saca chuicas sucios a la crítica, cuando esta con el agua hasta el cuello en perjuicio propio, ni tan siquiera el de la comunidad en si, ni mucho menos el cantón por completo.

La disputa por cargos y nombramientos a hoy, esta a la orden del día y el pez más grande se comerá al más pequeño, las consecuencias las veremos a los pocos meses de su toma de posiciones y cargos, y es ahí cuando la varita mágica del alcalde o bien los regidores de concejo, no les funcionó, no como querían ellos, si no como lo necesita el pueblo.  El elector, convertido ya después del gane, vuelve a ser  el ciudadano  inconforme en su totalidad. Difícilmente se oye comentar un ciudadano hablar placentera y satisfactoriamente de un gobierno local en ejercicio o bien ya saliente.

Cien por ciento la crítica es negativa, pero la razón inexplicable, por el tan solo hecho de que el ciudadano no sabe ni conoce, y mucho menos le va a interesar el estatus interno de la municipalidad, y es ahí cuando la varita mágica de los prometedores, se quedó sin baterías.

El ciudadano pide, paga y espera cumplimiento, de lo contrario hay disconformidad colectiva, aunque sea para su mismo simpatizante que el día de las elecciones lo azuzó con bombos y platillos, y meses después lo persigue con calumnias, injurias y difamaciones porque no está atento a servir, como lo pretendemos.  Uno de los grandes problemas, si lo queremos llamar así es que la comunidad electoral sigue ignorando que la municipalidad es un ente totalmente empresarial y por ende comercial; servicio cumplido, servicio pagado. Pero,., he aquí el brinco en suelo parejo, para exigir sabremos con conocimiento de causa a quien le pedimos cumplimiento. Tendrán la suficiente capacidad aquellos que les dimos el voto para hacer el equipo ideal y constructivo, para gobernar una empresa como lo es una municipalidad que, en vez de crear discusión por todo, busquen y ejecuten solución a todo, teniendo en cuenta que esta empresa comercial “Municipalidad”, no vende artículos, vende servicios, y esta obligada a dar cumplimiento de ellos y sobre todo con apego a las leyes y bienestar, promover y facilitar  las acciones y requisitos que hacen una municipalidad y sus departamentos, una eficiente  labor.

El requisito único de ser aspirante a un cargo es pertenecer a un partido político inscrito y reconocido por el Tribunal Supremo de Elecciones, y ser costarricense, lo de más se lo gana el aspirante en su comunidad para recoger los suficientes votos que lo sentaran en la silla de los conflictos. No hay requisitos indispensables de conocimientos de infraestructura, de finanzas, de creación de obras, de administración sobre todo, y es ahí donde decimos una vez más, llegan por la voluntad popular en su mayoría de votos y no por los conocimientos técnicos en una administración tan conflictiva como lo es hoy día las municipalidades, de ahí que seguiremos en vez de rencos,  cada día más cojos y al pueblo se le va el periodo de los 4 años en habladas más negativas que positivas, pero preparando material para otra próxima contienda electoral, y así giramos como la tierra gira alrededor del sol.

Será así como funcionan todas las municipalidades, será así como el conformismo nos llevo a entender la política electoral, tanto para gobierno central como cantonal. Donde pone el punto en la hi, el Tribunal Supremo de Elecciones en reformar digamos “casi todo” el código electoral que buena falta le hace, para que los pretendientes aspirantes sean no solo a la voluntad del pueblo, sino que a la exigencia del pueblo para que sepan y tengan conocimientos básicos del cargo que van a representar en favor de sus electores que los llevan al trono de los desacuerdos, en vez de los acuerdos.

Nos han hecho confundir, la realidad de una libertad electoral. No es así como un pueblo progresa llevando a estrados a personas sin conocimientos de causa bajo la preferencia de “voluntad popular”, y donde nos queda entonces el conocimiento y la acción comunal.  Muy lindo, muy simpático, vecino toda la vida de esta comunidad, pero no hizo nada en sus cuatro años pasando por el consejo o bien alcaldía.  Será eso lo que queremos seguir diciendo. 

Será esto lo que merece un cantón que sobre pasa los 120 mil habitantes, y casi llega a cien mil edificaciones, tanto de familia como industriales, y sumando. Sera que queremos seguir con un cantón feo, mal oliente, lleno de basura por doquier  sin direcciones ni planes a ejecutar sobre lo mas urgente. Será que queremos seguir viendo poste a poste las grandes madejas de las cableras afeando nuestro ornato sin pagar un cinco por usurpar el territorio nuestro, mientras ellas cobran sus elevados servicios. Será que queremos seguir siendo una municipalidad de más de 25 requisitos para construir o sacar patente, o bien hacer filas como en los Ebais, sin que a nadie le importe el ciudadano que está pagando por ello, será que la ley 7600, la ignoran desde su creación en la municipalidad donde dejan sembrar torres de comunicaciones en plena media acera sin justificación alguna brincándose en su totalidad la ley de construcción y plantación de torres (no postes) para antenas de telefonía celular pagando una ridícula suma anual como derecho y no como patente de explotación, donde hasta su propiedad queda invalidada por sembrarle en su frente sin respeto ni consentimiento y a merced de cualquier  caso fortuito, donde su propiedad  pierde valor por no poder  hacer  entradas o cocheras si le sembraron una torre al frente, ¿será eso lo que queremos seguir disfrutando?, porque simplemente los concejales no les interesa el malestar comunal, “Porta mí” dirían al ver estas situaciones que nos han acortado el progreso y embellecimiento de nuestro cantón.

Debemos o no, saber a quien elegimos, a quien le ponemos el dedo en la papeleta, antes de esperar unos pocos meses de iniciar la acostumbrada habladuría del ciudadano que hasta, a lo mejor ni votó por nadie, pero con el dichito, tengo derecho a hablar, pero no dice: Nos limitaron el derecho a escoger  para poder elegir, conociendo en fondo de antecedentes y virtudes con capacidad administrativa de los que regirán el destino cantonal por un periodo de 4 años.

Volveremos a lo mismo, como se dice en un mostrador de bar: Sírvase lo mismo, las consecuencias vienen después. O abriremos los ojos para direccionar nuestra mano con el lapicero listo para poner la X, en la casilla acertada al gane y al progreso comunal. Tomemos en cuenta que la política electoral en nuestro país, tiene en total desmotivación a la juventud, ¿Por qué será, y quien tiene la culpa?, si con un código electoral falto de reformas y motivaciones, nos dejan solo a los de avanzada edad a seguir poniendo el dedo por tradición.  Tradición al sufragio y al partido porque seguimos siendo como se decía antes “de hueso colorado”, pero la juventud de cristal de hoy día todo esto les “resbala”, de ahí que cada día la suma de votantes en nuestro cantón disminuye en relación a su crecimiento habitacional y electoral.

Cierro con esta pregunta que me puedan dar talvez respuesta, los aspirantes por partidos que participarán en las próximas elecciones cantonales febrero 2024:  En febrero del 2006 participaron 8 partidos cantonales a la elección, y el total de votos alcanzado fue de 11.423 a nivel de cantón. Quién podría decirme si con la deserción al voto y la poca motivación que existe hoy día para tal efecto, siendo un requisito constitucional el votar, podría con la participación de 10 partidos aspirando, si esta suma total cantonal será superada. La respuesta la tiene el mismo Tribunal Supremo de Elecciones en su estancado y a conveniencia código electoral, veremos resultados.

Termino mi comentario con lo que reza el código municipal en su artículo 3ro. Párrafo dos dice: El gobierno y la administración de los intereses y servicios cantonales estarán a cargo del gobierno municipal.  ¿Y quién es el gobierno municipal para custodiar estos intereses y servicios?: Los que con su voto y el mío fueron elegidos a sabiendas del conocimiento o no, de administrar los intereses de los ciudadanos en general en consecuencia y obligación de un actuar progresivo, y no retroactivo como pareciera que lo estamos viviendo. Por su obras les conocerás, dice por ahí un párrafo bíblico, entonces pareciera que son pocos los que conocemos y al sonido de los próximos tambores, seguiremos sin conocer quien y con que conocimiento nos gobernaran. El que esté libre, que tire la primera piedra, la historia no estará activa, pero queda escrita.

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