Por: Aramis K. Vidaurre Álvarez / Profesor Universitario
Cuando el Gobierno sale a los medios a decir que descarta tomar nuevas medidas sanitarias ante el momento pandémico que se está viviendo en un período específico, NO HAY QUE CREERLE.
Cuando escuchemos al ministro de comunicación o al vocero escogido o leamos el comunicado emitido desde Casa Presidencial negando nuevas medidas, ESTÁN MIENTIENDO…
¿Para qué decir algo que no pueden cumplir? más si el momento pandémico depende de la sociedad, del comportamiento generalizado, no de ellos. ¿O es que esto no lo han tenido claro luego de 14 meses?
¿No sería mejor decir LA VERDAD, y contarle a la gente que es posible tomar acciones antes de que la situación sanitaria provocada por la COVID-19 se salga de control?, lo cual en apariencia nos enrumbamos hacia eso si no ponemos de nuestra parte.
¿Por qué no ser sinceros? La posibilidad de tener una segunda y hasta una tercera ola la han enfrentado los países más desarrollados, ¿por qué pensar que nosotros no tendríamos algo similar? Pero por meses las autoridades de Salud han mantenido una narrativa del miedo, ¿por qué no construir una en datos, en números?, aun cuando se cuestione que nos han dicho la verdad en cuanto a los números y que más bien han utilizado los datos para apoyar la narrativa del miedo.
Con la conferencia del martes 18 de mayo me pareció estar escuchando una de hace exactamente un año; la escena: entra el presidente Carlos Alvarado para dar los anuncios aparentemente positivos; se retira lentamente del podio, se despide de las autoridades presentes, hace mutis por la derecha… la mesa está servida… viene el martillazo….
Asimismo, esa conferencia me dejó la impresión de que el gobierno, o más bien la comisión que ha venido manejando la crisis, también volvió al pragmatismo de hace un año. Atrás quedó esa sensación de consenso que se formó hace unas semanas donde supuestamente se venía trabajando con los sectores industriales, el comercio en general y los Alcaldes para tomar las medidas sanitarias. Volvimos a ese realismo del SÍ O SÍ.
Probablemente, la “primera víctima” fue la ministra de Educación, quien en conferencia mañanera del día anterior quizás sin querer nos adelantaba: venían nuevas medidas. Su terquedad con las pruebas FARO quedó reducida a una suspensión de clases para apoyar la reducción de la movilización. Y nada de caritas.
Y los que pensábamos que venía un anuncio posterior a esa conferencia sobre el anuncio de las nuevas medidas, nos quedamos esperando; está vez el martillazo fue de una vez, a aplicarse en las próximas horas
Si ya es lamentable la saturación hospitalaria, el sufrimiento de los familiares de los que requieren servicios o que han muerto, el cansancio de los funcionarios de salud, el impacto en sus familias…. no me quiero imaginar volver al SI O SÍ.
Pero ya no mientan…