¿Civismo o capricho?

Por Luis Aguilar “Valencia”

Para Crónicas de La Unión

E-mail: luisvalencia@ice.co.cr          

El árbol Cedro Bicentenario, que ha hecho semblanza  a nuestra independencia, y que por muchos años en el pasado, “bien pasado” los maestros rendían homenaje con sus alumnos cada 15 de setiembre y nos llenaban de conocimiento que representaba para un ciudadano de La Unión este árbol.  Por muchos años su mantenimiento estuvo a cargo de un vecino de apellido Arroyo (q.de D g.), y aún así,  paso a ser  casi olvido de las tradiciones su visita los 15 de setiembre.  Tuvo una época de gran abandono, que hasta las placas conmemorativas fueron sustraídas y el pequeño parque  cada día ya pocos sabían que existía lo mismo que  su vecina calle de piedra llamada la calzada.

El movimiento Tiribí Limpio retomó su limpieza, y aún con su diseño antiguo lo limpiaron, y le dieron otra cara, y con su espíritu de civismo se empezó de nuevo a hacer un remembranza en dicho lugar, donde asistían por invitación de dicho movimiento, muchas personas y el rostro tanto del árbol como de la plazoleta, fueron dando otra imagen y se restauraron las placas conmemorativas y el lugar ya lucía de forma agradable y sus actos ahí los 15 de setiembre, ya tenían otro semblante.

Años después de esta remodelación pero siempre bajo su estructura antigua, y con entusiasmo cívico e histórico se pensó por parte de la municipalidad, de construir una plaza totalmente nueva, una calzada remozada en su totalidad y el lugar cambió por completo brindando una imagen diferente a la que por muchos años se había quedado en el olvido.  Sus primeros años de remodelación gobierno municipal 20/24  tanto de la plazoleta centenaria como la calzada fue una cantidad de discusiones y desacuerdos entre concejo y alcaldía.  Por fin se terminaron los trabajos y hoy día luce esta plaza, tando de día como de noche con su moderna iluminación, un lugar agradable, adecuado para muchas cosas que reflejen nuestra independencia, cultura e historia del cantón estampada tambien en sus bellos murales pintados por un artista de nuestro cantón.

Después de su fin de las obras, los dos primeros años de celebración de la independencia, dicho lugar fue el centro de atracción para todos los ciudadanos, pero como todo lo que tiene tinte político, algunos demuestran su descontento en la no participación a los actos donde los regidores en pleno,  pareciera decir no a lo que el pueblo después les cobrará.  Este 15 de setiembre, con un nuevo equipo de gobierno municipal en la parte de concejo, demostró su ego o capricho en no asistir a los actos de celebración en la Plazoleta Centenaria, donde solo se presentó de parte de la municipalidad el alcalde y dos regidores.  Las sillas vacías, reclamaron su presencia, y el pueblo también.

Las sillas vacías reclaman la presencia del séquito municipal que debería de haber estado ahí con sus síndicos propietarios y suplentes, la presidenta de la comisión de cultura y su equipo, pero prefirieron decirle no a las tradiciones y civismo cantonal que deponer de sus actitudes talvez contrarias a otros que como ellos, el pueblo los eligió y confió en que para mucho iban a renombrar este cantón.

Un equipo municipal de alcalde, regidores propietarios y sus suplentes, síndicos de todos los distritos y sus suplentes, son el gobierno local por completo y cuando el pueblo los quiere ver en acción, ellos deben de presentarse al pueblo.  No podemos permitir que este bicentenario árbol que representa nuestra independencia, se manifieste triste y solitario año a año, porque los principales ediles no promueven ni mueven un dedo en pro de la cultura, civismo y tradiciones de nuestro cantón.  Los pocos que hacemos sentir nuestras tradiciones, lo hacemos más por cuenta propia, que con el apoyo de la entidad gubernamental que debería ser el verdadero impulsor a través de la comisión de cultura,  en promover tanto que tiene nuestro cantón que enseñarle a los ciudadanos.   Hoy día somos un 40% aproximado de ciudadanos natos y un 60% de foráneos que buscaron alojamiento en este bello territorio, pero ignoran historia y tradiciones de La Unión, porque son más que nada ciudadanos dormitorio.

Nuestro cantón es rico en historia y tradiciones, no hagamos que caigan y se sientan tristes como este 15 de setiembre, que nuestro bicentenario cedro, esperaba una multitud de ciudadanos patrióticos para rendir homenaje, y solo llegamos cuatro gatos. Un pueblo sin historia, es un pueblo sin identidad. “Frase célebre del libro, El Pueblo en que Vivimos” del autor Luis Valencia /1994.

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