Quizá hace un tiempo el baile urbano en Costa Rica no era muy reconocido por haber evolucionado fuera de los estudios de baile, y por desarrollarse en espacios abiertos disponibles como calles, fiestas de baile, parques, patios escolares.
Hace unos años, el baile urbano llegó al Parque La Libertad y una de sus primeras protagonistas fue Elizabeth Lara Núñez, conocida como Eli. Ella fue parte de las primeras agrupaciones de jóvenes que formó parte del Parque allá en el 2011, y su historia llena de esfuerzo y dedicación merece ser reconocida. A continuación queremos compartirte su historia.
Sus inicios…
Su naturalidad, profesionalismo y soltura es sorprendente para una persona tan joven, con tan solo 25 años de edad ha vivido episodios difíciles, pero en lugar de rendirse siempre se apoyó fuertemente en su sueño. Hoy Elizabeth es reconocida en la estela del baile urbano costarricense, logrando posicionarse entre el gremio gracias a la pasión que tuvo desde niña…desde esa primera vez en el show de talentos de la escuela.
“Empecé en el mundo del baile realmente de una manera muy espontánea, todo inició en un show de talentos de la escuela, recuerdo que fue un fin de semana, ese día en una esquina había una grabadora, me acerque a escucharla y como que la música me contagió… y empecé a bailar, seguramente estaba en otro mundo, porque cuando la canción terminó mis compañeros y profesores estaban fascinados con el show que les había dado”.
Esto sucedió cuando Eli solo tenía 11 años de edad, le llamó poderosamente la atención que su cuerpo reaccionara al sonido de esa música tan distinta, por lo que sin pensarlo empezó a investigar, porque quería saber qué era ese tipo de música, y se enteró que los movimientos que hacía sin saber se les llamaba breaking, -antes conocido como break dance-.
Al saber de qué se trataba empezó a investigar si en el país había personas que impartieran lecciones, cuando encontraba alguna opción cotizaba, pero era consciente que sería complicado para su familia darle la oportunidad de recibir clases de danza, ya que son 4 hijos. Entonces empezó a practicar sola, hasta que cierto día llegó un señor a tocar la puerta de su casa y contarle sobre el Parque La Libertad…
“Para ser sincera pensé que era un tipo de agrupación, entonces le dije que lo iba a pensar, él era funcionario del Parque en la parte de Cultura Joven, recuerdo que un día tenía problemas en casa y me fui al Parque, en ese entonces había mucho concreto por todo lado, no había muchos edificios como los que hay ahorita. En medio de ese concreto conocí lo que son las verdaderas amistades, una familia, fue ahí donde le di la oportunidad al Parque La Libertad”.
Cuando llegó, empezó a convivir con jóvenes muy distintos a ella, se respetaban y la relación era excelente. Fue de ahí donde aprendió la tolerancia hacia los demás, por eso la llamó su segunda familia, porque aprendió de valores y fue el puente para que su sueño de ser bailarina se empezara a gestar.
Durante la organización del primer festival de las culturas juveniles incluyeron un segmento de baile y a partir de ese momento su relación con el Parque fue más cercana, se sentía bien y finalmente había encontrado un lugar con la libertad de hablar y hacer lo que le gustaba.
“El Parque era mi lugar confortable, por eso siempre lo visitaba y estaba ahí, aparte de que personas como doña Dora, doña Alice y puedo decir muchísimos más, fueron como mamás y papás para mí. Además me permitieron ser por primera vez profesora, de hecho en el Parque fue donde nació el primer grupo representativo de la cultura de danza urbana” su sonrisa era palpable cuando recordó estos momentos.
Mientras estuvo en el Parque sufrió un accidente de tránsito que no le permitió bailar por casi un año, lo que la llevó a la exploración de otro género, y fue donde conoció el Locking (baile urbano caracterizado por rápidos movimientos de muñecas, combinados con otros más relajados de caderas y piernas).
Gracias a su paciencia, trayectoria, valores y experiencias pudo empoderarse para continuar y crear grupos de baile para darlos a conocer mucho más allá de las fronteras del Parque, y uno de estos fue la agrupación de jóvenes Ice Cream, “tuvimos la oportunidad de capacitarnos en temas de estabilidad y equilibrio con bailarines y acróbatas profesionales, por eso digo que el Parque es mi escuela” mencionó Eli.
Experiencias que la marcaron y la hicieron más fuerte
En el mundo del arte todos somos talentosos, pero cuando estamos en los inicios a veces no se tiene apoyo. Me acuerdo cuando salí con mi grupo a hacer presentaciones, shows o participaciones artísticas de mi cultura urbana, chocamos con una serie de reacciones negativas donde no nos apoyaban.
Esas experiencias la hicieron más fuerte, y como dice Eli “si vos querés posicionarte debés de ganarte el respeto” y así lo hizo, no solo con su baile, sino también su talento y personalidad, empezaron a acercarse directores de varios grupos para hablar, convivir, gestionar proyectos, y fue a partir de ese momento se abrió la ventana profesional.
El presente y futuro de Eli
¿Cómo fue la experiencia en el curso virtual de danza urbana que impartiste en el Parque La Libertad?
Fue una experiencia muy gratificante porque fue verme a mi hace muchos años, fue ver a Eli con esa emoción de absorber de los profesores en el Parque La Libertad, y me ha puesto a pensar de las vueltas de la vida, soy y siempre seré alumna, pero ahora tengo la oportunidad de ser profesora.
¿Cómo se ve Eli dentro de unos 10 años?
Dentro de unos 10 años me veo como la persona que persigue sus sueños, siempre estaré agradecida con el Parque, porque sin esta experiencia no sabría dónde estaría ahorita, no sería esta Eli. Además, me veo siendo mejor persona, mejor ser humano, y siendo una directora de un estudio en Costa Rica innovador, quiero algo diferente como lo que yo tuve en mi vida.
¿Qué consejo le daría a los jóvenes que desean empezar en el baile pero no lo hacen por los comentarios que reciben?
Yo podré decirles muchas cosas, pero lo principal es que crean en ellos mismos, que se descubran, y acepten las críticas constructivas. No crean en lo que otros digan de mala manera, crean lo que hay dentro de sus corazones, persigan sus sueños y si sienten que decaen, levántense.
Eli es un ejemplo de una joven luchadora que persigue sus sueños y que no se deja vencer por sus miedos ni su contexto, pero que además ha sabido aprovechar las oportunidades que se le han abierto con mucho trabajo y esfuerzo.
Los invitamos a conocer más de Elizabeth buscándola en sus redes sociales como Eli Lara, Bailarín. Además conocer más historias como esta en nuestra página web https://parquelalibertad.org/ o en los diferentes perfiles de Facebook del Parque La Libertad.