De acuerdo con el dato más reciente del Banco Central, la inflación interanual de setiembre llegó a un 10.37% lo que interrumpe su tendencia ascendente si se compara con el mes anterior. Sin embargo, para lograr este objetivo, el Banco se ha visto en la necesidad de modificar a lo largo del año la Tasa de Política Monetaria, ya que ésta comenzó el año ubicándose en un 1.25% no obstante, a causa de presiones externas y debido a las presiones inflacionarias que ha atravesado el país, dicha tasa ha venido subiendo hasta ubicarse en un 8.50%.
La consecuencia más evidente, hasta el momento es la desaceleración del índice Mensual de Actividad Económica, el cual cada mes crece menos, de hecho, si se compara el primer semestre con el segundo semestre del presente año, es más que evidente que hay una desaceleración muy marcada siendo la construcción tanto pública como privada el sector que más se ha visto afectado por la subida de las tasas.
Comportamiento de la Tasa Básico-Pasiva. Cuando observamos el comportamiento de la Tasa de Política Monetaria con la Básico-Pasiva, se ve claramente como la última, lleva un rezago dado que el aumento de la Tasa de Política Monetaria todavía no se ha trasladado completamente al sistema financiero. Sin embargo, la Básico-Pasiva ya ha visto un aumento a lo largo del año dado que arrancó con un interés del 2.9%, actualmente se ubica en un 5.85% y se espera que siga subiendo hasta ubicarse por lo menos en un 6.50%. Esto es importante debido a que esta tasa es la que se utiliza como referencia a la hora de solicitar un crédito, ya sea para la construcción de una casa o para comprar un carro. De hecho, las personas que en este momento ya tienen un crédito para casa o carro, han venido sintiendo como el monto del pago que tienen que realizar mes a mes cada vez es más significativo.
Comportamiento de la Inflación. Por otra parte, el comportamiento de la inflación es muy incierta, debido a que hay una combinación de factores internos y externos, que hacen que sea más difícil llevar a un rango meta del aumento de precios que atraviesa el país, sin embargo, el Banco Central espera que para mediados del 2024 la situación se controle y la inflación vuelva al rango meta, permitiendo volver a bajar las tasas de interés.
Escenario internacional. Recientemente la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) ha aumentado por tercera vez consecutiva sus tasas de interés en 0.75 puntos porcentuales. Con el claro objetivo de disminuir la inflación, la reciente variación en las tasas ha incentivado un cambio importante en la tasa de interés de referencia del banco central, llevando el rango meta del 3% al 3.25%, el más alto desde el 2008. Si bien es cierto esta medida es considerada como necesaria para una contención exitosa del fenómeno inflacionario, se prevé una desaceleración importante en las actividades económicas del país, además de un fuerte impacto en compañías y población en general, a razón del aumento en las tasas de interés para créditos corporativos, hipotecarios, entre otros.
Producto del aumento de las tasas por parte de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo, los demás países, entre ellos Costa Rica, se han visto en la obligación de aumentar sus tasas de interés para evitar una posible fuga de capitales y así, mitigar el impacto de las presiones cambiarias a razón de una considerable pérdida de divisas extranjeras. Aunado a esto, si al aumento de tasas le sumamos la crisis energética a la que se está enfrentando el mundo, entraríamos en la tormenta perfecta para el desencadenamiento de una recesión que podría prolongarse en los próximos años.
El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) está fuertemente comprometido con el retorno de la inflación a su tasa meta del 2%, por lo que anticipa que los constantes aumentos en el rango objetivo de la tasa de fondos federales serán óptimos para cumplir el objetivo establecido. No obstante, se proyectan impactos considerables en varios de los indicadores económicos, como, por ejemplo, se detalla que la actual elevación en las tasas de interés generará que los costos de endeudamiento avancen hasta 4.40% para fin del año 2022, sin embargo, se espera que aumente hasta 4.60% durante el 2023. Además de esto, la inminente pero ya esperada desaceleración del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) se calcula en 0.2% durante el 2022 y 1.2% en 2023, aun así, por debajo del potencial de producción establecido.
A razón de las nuevas dificultades provocadas por el aumento de las tasas, es totalmente predecible un impacto en términos de empleo, pues el encarecimiento de la deuda generará mayores responsabilidades financieras para las compañías y claro, se podría convertir en limitante para la capacidad de contratación. De hecho, la FED estima que, para el presente año, el desempleo suba a 3.8% mientras que se proyecta un 4.4% para el 2023. Este efecto es muy negativo para el partido del actual presidente Joe Biden, ya que en noviembre del presente año se celebrarán las elecciones de medio periodo y de acuerdo con diversas encuestas, el Partido Demócrata perdería el control de ambas cámaras, cediéndolas al Partido Republicano. Por otra parte, el país no puede permitirse mantener los niveles de inflación actuales, por lo que el aumento de las tasas llevado a cabo es algo con lo que hay que lidiar necesariamente para restablecer sus metas inflacionarias, ya que, actualmente se compara con el que hubo en la década de 1980 y que, de ser persistente, podría llevar al país a un serio estado de recesión económica debido al encarecimiento exponencial del costo de vida. Consecuente a esto, según la entidad no se esperan recortes a las tasas de interés hasta el 2024.
En general, las proyecciones desarrolladas por la entidad muestran un ambiente no muy optimista y con un riesgo latente de una política monetaria que, pese a luchar con los efectos inflacionarios, provoque poca flexibilidad en otros aspectos económicos llevando de igual manera a una recesión económica. No obstante, la FED defiende la decisión de soportar el daño justo para enfrentar este fenómeno mediante un proceso que no afecte reciamente al consumidor final y que cause un escenario difícil de contrarrestar en el futuro.
Realizado por:
Camilo Ulloa, Consultor financiero y económico de Grant Thornton Costa Rica
Alejandro Campos, Director de regulación económica de Ciber Regulación Consultores