Historia del Centro Diurno en Yerbabuena: 40 Años de Cuidado Integral para Adultos Mayores

Han pasado 40 años desde que en la comunidad de Yerbabuena se fundó el Centro Diurno, hoy conocido como la Asociación para la Persona Adulta Mayor.

En 1984, el entonces párroco Heliodoro Granja donó un terreno con el objetivo de ofrecer atención integral a las personas adultas mayores.

Julieta Sanabria, junto con el padre, inició la búsqueda de voluntarias para diferentes áreas del centro. En una entrevista reciente con Crónicas de La Unión, algunas de ellas compartieron sus experiencias.

Ana Cristina Soto, una de las primeras voluntarias, recordó: “Yo trabajaba para la fábrica de oxígeno Miller y la esposa del dueño, doña Julieta Sanabria, estaba desarrollando el proyecto. Ella me pidió ayuda y así fue como empecé a involucrarme.”

Tres meses después, en septiembre de 1984, se unió al equipo de voluntarias Flor María Campos Garita. Ella describió el centro en sus inicios como una casita muy vieja y pobre, con pocas voluntarias y pocos adultos mayores.

Flor María también recordó que al principio eran las voluntarias quienes iban al Parque de Tres Ríos (hoy Parque Moisés Vincenzi Pacheco) para informar a los adultos mayores sobre los servicios del Centro.

“Para poder subsistir, íbamos a la feria del agricultor a pedir verduras para la comida de los adultos mayores”, detalló Flor María.

En 1995, se construyó un nuevo edificio adaptado a las necesidades de los adultos mayores, financiado tanto con fondos propios como con fondos de la Junta de Protección Social. Actualmente, El Centro cuenta con una Junta Directiva compuesta por cinco miembros y 23 personas voluntarias distribuidas en diversas áreas.

Una mirada íntima a la vida diaria y las actividades en el centro

Doña Cecilia Fonseca Guerrero, vecina del distrito de San Rafael, y alrededor de otros 50 adultos mayores son parte de la población que recibe atención en el centro.

Cecilia, de 89 años, ha estado asistiendo regularmente al centro durante 16 años y afirmó: “Estar aquí es lo mejor que pude haber hecho. Cuando mi esposo murió, quedé muy mal, lloraba mucho. Llegué aquí, me costó adaptarme, pero a los 5 días ya estaba feliz porque me atienden muy bien y me chinean.”

Para asegurar una atención integral, además de una correcta alimentación, la asociación ofrece ejercicios físicos, manualidades, actividades religiosas, charlas, y celebra fiestas patrias y cumpleaños, además de proporcionar atención médica y psicológica.

María del Socorro Quiroz, presidenta de la Asociación para las Personas Adultas Mayores, mencionó: “Realizamos actividades como pintura, manualidades, juegos, que ayudan en la salud mental. También tenemos una fisioterapeuta que ayuda con la movilidad.”

Eladio Ramírez Rojas, de 92 años, quien dedicó su vida a la seguridad e incluso trabajó en la Isla de San Lucas, comenzó a visitar el centro en 2018. Él comentó: “Una de las mejores cosas que me han pasado en la vida es haber llegado a este centro.”

Visión a largo plazo: estrategias para enfrentar los desafíos demográficos y sociales del futuro

“Se espera que la población adulta mayor aumente considerablemente para 2050. Aunque las instalaciones del centro parecen estar en buen estado, necesitamos trabajar en los techos, la instalación eléctrica y hacer los ingresos más accesibles para las personas adultas mayores”, expresó la presidenta de la asociación.

María del Socorro Quiroz Presidenta de la Asociación para la Persona Adulta Mayor (Gabriel Díaz)
María del Socorro Quiroz Presidenta de la Asociación para la Persona Adulta Mayor (Gabriel Díaz)

La Asociación para la Persona Adulta Mayor recibe recursos de la Junta de Protección Social (JPS), el Concejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (CONAPAM) y el Fondo de Desarrollo Social de Asignaciones Familiares (FODESAF). Estos recursos están destinados a proyectos aprobados que beneficien a adultos mayores en condición de pobreza.

“Realizamos actividades generadoras de ingresos como bingos, bailes, cafés y ventas de comida para cubrir gastos que los convenios institucionales no nos permiten”, mencionó Ana Cristina, contadora del centro.

“Hacemos un llamado a la comunidad para que nos sigan apoyando, así como a las empresas para que nos asistan en nuestras necesidades”, concluyó la presidenta de la Asociación para la Persona Adulta Mayor.

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