Son las 4:40 a. m. y al llegar al parque de Tres Ríos, lo único que se puede ver de La Carpintera es su silueta. Hoy es 12 de octubre, el día de la Virgen del Pilar, patrona de los vecinos de los distritos de Tres Ríos, parte de San Rafael y parte de San Juan en el cantón de La Unión. Por lo tanto, el distrito central está de fiesta hoy.
Recorridos con mascaradas, ventas de comidas y carruseles son parte de las actividades organizadas tanto por la parroquia como por organizaciones culturales de La Unión. Sin embargo, la que destaca es la procesión con la imagen de la Virgen del Pilar.
El recorrido se extiende desde la Iglesia de Tres Ríos, desciende hasta la Casona, da una vuelta a la cuadra y sube por la Avenida 2, pasando frente a muchos de nuestros patrimonios arquitectónicos cantonales, testigos fieles de la devoción de generaciones de pilaricos a lo largo de cientos de años.
Durante toda la procesión, la virgen viaja sobre calles adornadas con aserrín, arreglos de flores, imágenes, pétalos de rosa, entre otras muestras de cariño y devoción. Sin embargo, es evidente a simple vista que decorar las calles con aserrín es el trabajo que esfuerzo que más demanda.
A pesar de que la procesión comienza a las 9:30 a. m., los vecinos de cada cuadra de Tres Ríos ya han ocupado las calles desde las 4 a. m., soportando el fuerte frío de la madrugada. Inician las labores de decoración desde esa hora. Es un trabajo arduo y muy físico. Mientras algunos jalan sacos de aserrín de diferentes colores, otros se encargan de esparcirlo por el centro de la calle.
Mientras tanto, alrededor de las 5:15 a. m., inicia la tradicional “Diana”. La Unión ha sido un pueblo de mascaradas durante varias décadas, pero en los últimos años nos hemos convertido en un pueblo de mascareros con una presencia muy fuerte de esta representación cultural nacional, gracias en parte a los recorridos del mes de octubre.
No hay mejor forma de comenzar un día que escuchando el sonido que marca la comparsa, acompañado de figuras gigantes de fibra de vidrio y brazos de tela que bailan libremente. Así son las Dianas.
Algunos disfrutan simplemente caminar al lado de las mascaradas mientras escuchan la música, otros más atrevidos prefieren correrlas, porque al final de cuentas, ¿qué es la vida sin un poco de riesgo? Eso sí, hay más de uno que se va a ir para la casa con un “jupazo”.
Casi llegando a las 6 a. m., la “Diana” concluye frente a la Escuela Central de Tres Ríos. Mientras quienes decoraban las calles continúan con su labor, conversamos con varias vecinas que nos explicaron: “La tradición es que cada persona que vive cada 100 metros adorne, lamentablemente, ahora todo es comercio.”
Lucrecia Rodríguez nos comentó: “Esto es en honor a la Virgen; se lo dedicamos a ella porque el 12 de octubre fue cuando ella apareció. El día es emblemático para ella.”
A eso de las 7:30 am, después de un desayuno en la Soda de Licho, me dispuse a hacer otro recorrido con tal de ver los avances de las avenidas. Ya a esta hora el sol se sentía tanto en el ambiente como en el asfalto de la calle.
Para esta hora los vecinos con plantillas están creando formas en la calle, es notorio la forma en la que reservaron una especie carril de aserrin en medio de la calle, por donde horas más tarde será transportada la Vírgen.
Son casi las 9:00 a. m. y las calles casi están listas. El sol ya empieza a hacer de las suyas con estos vecinos que buscan la forma de no estar tan incómodos. Un rato están de rodillas, otros rato sentados, incluso se vale acostarse con tal de terminar la tarea encomendada, tarea que generaciones atrás crearon y que se conserva tal cual a pesar del paso de los años.
Alrededor de las 9:30 a. m., la Virgen sale de la iglesia de Tres Ríos, trasladada por varios hombres con el mayor fervor y devoción posible. Detrás, cientos de pilaricas y pilaricos acompañan el recorrido, que es de aproximadamente un kilómetro.
Ese kilómetro fue adornado minuciosamente con figuras de aserrín de diferentes formas y colores, por vecinos que aguantaron el frío de la madrugada, el calor de la mañana y la incomodidad de tener las rodillas contra el asfalto, además de todos esos sacrificios que implican embellecer las avenidas principales de Tres Ríos.
Una vez que la procesión pase, deberán cumplir la última tarea: barrer y recoger todo, porque antes del mediodía se debe habilitar el paso por el distrito central.
“Lo importante es que la Virgencita lo esta viendo”. Comentó Ara, vecina de Tres Ríos quien junto a decenas de pilaricos desde las 4 am fueron parte de esta tradición.