Su paso por las salas de redacción de los medios dejaron en él un interés por continuar escribiendo más allá de la narración de hechos informativos.
El periodista Wílliam A. Méndez Garita, oriundo de Cartago, también abogado y politólogo, publicó recientemente su primer libro titulado ¿A dónde caen las hojas? una obra llena de emociones de orden contemporáneo.
El siguiente es un extracto de una entrevista realizada por Crónicas de La Unión con el escritor.
¿De dónde nace la idea de escribir poesía y prosa?
Hace más de una década venía trabajando escribir historias y ensayé diferentes opciones como novela, cuento, prosa o verso. En los últimos años me sentí muy cómodo con el verso y la prosa.
¿Esta no es su primera obra?
Es la segunda, pero la primera en algo diferente, pues es un libro de derecho, el cual publiqué en el 2014. Después de eso logré tener un poco más de tiempo para concentrarme en este proyecto que venía gestando.
Lo cierto es que, por muchos años, ejercí la profesión de periodista. Al igual que otros comparto el criterio de que escribir, sea periodista, poeta, cuentista, novelista, tienen raíces comunes y entrelazadas. No nos debe extrañar que muchos escritores están vinculados al periodismo.
¿Es difícil hacer ese viraje entre leyes y algo, que podríamos decir, diferente como la poesía y la prosa?
Sí podría ser difícil a primera vista. Pero un repaso más detallado revela que, particularmente la prosa, se vincula en un sentido experimental a una parte de mi ser y eso tiene que ver con las cosas que hago comúnmente.
¿Por qué el nombre de la obra?
Muy complejo poder encontrar el nombre adecuado para una obra. Pasé por varios momentos y revisiones. Al final, tenía que ver con mis notas, es decir, las hojas sobre las que uno escribe, el viento como las ideas, el intento por alcanzar nuestros pensamientos y, también, las hojas que caen de un árbol y como, en los dos casos, pueden ser llevadas a cualquier lugar. La pregunta es ¿debemos dejarlas ir o correr detrás de ellas?
¿Qué le gusta más de su libro?
Creo que es el haber perdido miedo a escribir. Al poner en blanco y negro mis pensamientos estoy revelando al lector mucho de lo que sentí, siento o tengo en mi mente indistintamente de si es actual, pasado o hasta futuro. Abrir mi cajita de pensamientos puede ser peligroso en una sociedad materialista y egocéntrica.
¿Cuál es el mensaje de su libro?
Libertad. Mayormente hablo de ella. Es cierto momento podría encontrar, si se aprecia con detenimiento, un cierto aire de crítica social. También, y no menos importante, están presentes un conjunto de emociones y preguntas sin resolver que, me parece, muchas veces nos hacemos.
Sin ser un escritor costumbrista, lanzo matices de sentimientos originados en mi país y abrazo con cierta nostalgia nuestras raíces.
¿Cita en sus páginas a varios autores?
Ciertamente son, cada uno de ellos, importantes en mi forma de ver el mundo. Si bien al principio no construí el verso en específica alusión, la versión final acredita un sesgo que era asignable a la influencia intelectual o espiritual que tienen en mi.
Eso es parte del libro, ser uno mismo, pero simultáneamente, un reconocimiento a que también estamos expuestos a lo largo de nuestras vidas a importantes corrientes que nos moldean. Por mi edad y mis origines no podría dejar de pensar en escritores como José Martí, cubano, y Jorge Debravo, costarricense.
¿Vendrá al cantón de La Unión a presentar el libro?
Estamos llevándolo a la librerías y será en los primeros meses del 2017 que empezaremos a recorrer el país. Con gusto vendré a compartir con mis amigos y amigas de La Unión.