Hijos Ilustres de La Unión Joaquín Vargas Coto

Joaquín Vargas Coto

Joaquín Vargas Coto (1895-1959) fue una de las más ilustres personalidades del periodismo costarricense. A ese importante quehacer llevó no sólo su fina y despierta inteligencia, sino unas excepcionales condiciones estéticas que le otorgaron a su prosa un estilo inconfundible. Tal particularidad sobresale en sus numerosos escritos, especialmente en sus crónicas, género del que fue un verdadero maestro.
La mayor parte de su obra se encuentra desperdigada en periódicos, como ‘El imparcial’, diario donde hizo sus primeras armas, ‘La Tribuna’, ‘Diario de Costa Rica’, ‘La Prensa Libre’ y ‘La Nación’.

Es el periodista más completo de la historia de Costa Rica; era capaz de escribir diariamente para un periódico el editorial, una columna de actualidad nacional, otra analizando la situación internacional, el comentario cultural o histórico, la sección humorística, la crónica galante y la narración deportiva, todo ello de manera especialmente brillante ya que poseía gran cultura, capacidad intelectual sobresaliente, exquisita sensibilidad, admirable perfección de estilo literario, certero conocimiento de los temas que abordaba, e integridad moral y ética a toda prueba. Exceptuando la página de sucesos, en todas las otras secciones de un diario moderno derramó su humanismo y su inmensa capacidad analítica acerca de los hombres, sus ideales y limitaciones, y las situaciones circunstanciales.

Gozó de gran renombre literario; miembro de la Academia Costarricense de la Lengua correspondiente de la Española, con las crónicas y artículos que escribió se editaron varios libros: Por los caminos de España, Apuntes para una biografía de don Ricardo Jiménez, una recopilación de los escritos de don Manuel de Jesús Jiménez Crónicas de Antaño. Algunos de sus artículos fueron publicados en ABC, el diario de mayor prestigio de España.


Muchas de sus crónicas acerca de temas políticos, taurinos, de viajes, asuntos del idioma y costumbristas, aparecen amparados a diversos seudónimos: Claudio Docel, Corinto y Oro, D´Artagnan, Juan F. Sanabria y el Húscar Blanco, quizá el más conocido de todos.
Otros de sus seudónimos con el que suscribió una serie de cartas publicadas en ‘La Nación’, fue el de Camilo Galagarza Cabalceta. Estas misivas, fechadas según el arbitrio del autor, en Curubandé, Liberia, fueron recogidos en un libro: Cartas de don Camilo, editado por la Editorial Costa Rica. Se trata de epístolas escritas con extraordinario pulso verbal y sentido de humor, las más de las veces picaresco mediante el uso de formas del habla popular guanacasteca. Otro de sus libros está constituido por un conjunto de crónicas referente a su viaje a España: Por los caminos de España.

Nació en Tres Ríos y fue bachiller del Liceo de Costa Rica. De interés intelectual polifacético, toda su vida fue un estudiante que aumentó día a día el caudal de sus conocimientos. Consagrado al ejercicio profesional del periodismo, en 1932, mientras informaba sobre la toma del cuartel Bellavista, fue herido en una pierna. En una época en que no existían antibióticos, la herida nunca cicatrizó, limitó su salud el resto de su vida y le llevó a la muerte. Tuvo el dolor de ver morir a su hijo Jorge Vargas Gené, también periodista, quien con solo una libreta y un lápiz, informando para La Nación perdió la vida en 1955, en la batalla de Santa Rosa, en la que también fue herido otro de sus hijos, Joaquín. Estos dolorosos acontecimientos no doblegaron su espíritu ni disminuyeron su humanismo. Falleció en San José. Había sido por muchos años secretario del presidente Ricardo Jiménez, y el canal utilizado por este para comunicarse con sus compatriotas. (Fuente: Editorial Costa Rica y Costa Rica y Su Historia)

Joaquín Vargas Coto (1895-1959)

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