Elecciones 2022: Ahora cualquiera Puede Postularse

La campaña electoral para elegir Presidente y sus vicepresidentes y para los 57 Diputados ha dado su banderazo de salida con la convocatoria oficial por parte del TSE el 06 de octubre pasado; y con ella, inició también el llamado a todos los costarricenses debidamente inscritos en padrón nacional para acudir a las urnas el próximo 06 de febrero.

El panorama electoral está prácticamente definido con 27 candidaturas a la presidencia de la República y vicepresidencias con nombres muy conocidos, algunos aspirando por segundo o hasta quinta vez, y otros que quizás nunca habíamos escuchado. De igual manera, para candidatos al Congreso tenemos otro número importante de nombres, muchos queriendo regresar a otro período legislativo y otro tanto de nombres que nunca habíamos oído.

Y en esa oferta variopinta de candidatos presidenciales y diputadiles tenemos periodistas, abogados, economistas, figuras televisas, por ahí un especialista en temas taurinos, otros han aprovechado los espacios en medios de comunicación tradicionales y alternativos para darse a conocer y presentar su nombre, y quien sabe cuántas otras calidades tendrán quienes vayan a pedirnos el voto para febrero. 

Probablemente muchos de estos candidatos -presidencia y Congreso- no tienen ni músculo político ni recursos o ni siquiera conocen la región electoral a la que pertenecen o no saben qué implica llevar sus ideas para pedir el voto o no tienen ni la menor idea en lo que se están metiendo.

Las reacciones como ciudadanos ante esta oferta electoral no se han hecho esperar, quizás la mayoría negativas ante una coyuntura política y pandémica que generan más desafección que entusiasmo.

Y quizás el cuestionamiento más fuerte que ha generado esta oferta electoral con todos estos nombres con calidades conocidas y otras de dudosa procedencia es precisamente sobre qué los motiva para postularse.

¿Qué ganan con ello, será que ahora cualquiera puede postularse para ser presidente o diputado de la República?

Revisemos los artículos constitucionales que dan origen a tal posibilidad: 

ARTÍCULO 108.- Para ser diputado se requiere:

1) Ser ciudadano en ejercicio;

2) Ser costarricense por nacimiento, o por naturalización con diez años de residencia en el país después de haber obtenido la nacionalidad;  

3) Haber cumplido veintiún años de edad.

ARTÍCULO 131.- Para ser Presidente o Vicepresidente de la República se requiere:

1) Ser costarricense por nacimiento y ciudadano en ejercicio;

2) Ser del estado seglar;

3) Ser mayor de treinta años.

Pues ambos artículos nos contestan de lleno los cuestionamientos originales. Cualquier ciudadano puede prácticamente postular su nombre a los cargos más importantes de elección popular. ¿Es esto sano o inconveniente para nuestra democracia?

Será más bien que por décadas creímos que involucrarse en política electoral y aspirar a los más altos cargos de elección popular era algo reservado para unos pocos con casta política, con apellidos rimbombantes o con estirpe familiar. 

Será que más bien que, el hecho de que “cualquiera” hoy pueda aspirar a tales cargos es la verdadera esencia de ambos artículos constitucionales, ¿será que ya la ciudadanía ha entendido que, ante el malestar que se siente hacia la llamada clase política, ha decidido dejar a un lado los recursos, si tienen o no, un apellido asociado a partido político y hacer valer los principios democráticos de representación y pluralismo político?

Creo firmemente que las exigencias en cuanto al perfil, a las características y atestados que se deben exigir a quien someta su nombre a tan altos cargos no deberían plasmarse en la Constitución, como algunos han querido, sino que la exigencia debe venir de nosotros como sociedad.

Al final, qué bueno que los ciudadanos puedan finalmente decidirse y perder el miedo a involucrarse en política, contrario a lo que está pasando en cierto país del norte, donde es imposible el pluralismo, la disensión de opiniones, en fin, no hay Democracia.

Indague, infórmese. Salga a votar.