Fernando Mayorga Castro, abogado
A lo largo de los años hemos venido grabándonos en la mente que las carreteras deben estar en buen estado, que hay que protestar o escribir una carta si hay un hueco en una calle o si se ha deteriorado el asfalto en algún lugar, pero pocas veces lo hacemos cuando hay aceras deshechas y que representan un peligro, o cuando no hay del todo aceras. De alguna forma hemos llegado a creer que los vehículos y sus propietarios tienen más derechos que las personas que caminan en nuestras comunidades. ESO DEBE CAMBIAR.
Hace algunas semanas me hice un esguince en mi tobillo por causa de una acera en mal estado. Normalmente nos hemos acostumbrado a andar con cuidado, vigilando no poner el pie en los huecos o gradas que aparecen de pronto en nuestras aceras, de no doblarnos el pie en los bordes de la acera que se han roto, de no resbalarnos en el musgo que hay por un bajante roto o que, simplemente, tira el agua a la acera… Pero a todos nos puede llegar el momento de sufrir una lesión, una caída. Y ese es solo el inicio.
Normalmente me gusta caminar. Vivo en Tres Ríos y a menudo suelo caminar hasta Terramall o hasta la iglesia de San Diego para ir a misa; cuando tengo cosas que hacer en el centro siempre voy caminando y he aprendido, como todas las personas, a “automáticamente” ir saltando los obstáculos, subir o bajar las gradas que hay en las aceras, evitar los sitios donde en lugar de acera hay un montazal o un gran charco. Pero los últimos días he tenido que hacer mis recorridos con muleta y una bota ortopédica y eso me ha obligado a volver a poner atención a todo lo que hacía en forma automática… ¡y nuestras aceras son un desastre y un peligro…!
Por eso me parece importantísimo que todos y todas recordemos que TENEMOS DERECHO A ACERAS DECENTES. Tenemos derecho a caminar por nuestros barrios y nuestra ciudad en forma segura y cómoda. Tenemos derecho a usar las aceras, aunque tengamos alguna discapacidad motora (temporal o permanente) o aunque por el paso de los años o alguna enfermedad hayamos perdido agilidad. Ninguna acera debe ser una carrera de obstáculos ni una prueba de habilidad: Simple y sencillamente deben ser espacios públicos seguros, sin obstáculos y sin peligros.
Para eso, primero debemos ser solidarios y responsables como propietarios. Salgamos frente a nuestra casa y procuremos que la acera frente a nuestra propiedad esté limpia, sea segura para transitar, no tenga arbustos que obstaculicen el paso o daños que puedan provocar a alguien un accidente. Segundo, exijamos a nuestra Municipalidad que VIGILE que las aceras se hagan y se hagan bien, cumpliendo la ley No. 7600 (aceras accesibles y sin obstáculos) y que se mantengan en buen estado; y además que CONSTRUYA o repare las aceras que no estén bien para asegurar que podamos disfrutar de ese derecho a la movilidad segura. Y cuando sea necesario, sin excusas ni evasión de responsabilidad, que haga las aceras y las cobre a quienes corresponda.
Caminar es saludable, es ecológico, da vida a la ciudad, beneficia al pequeño comerciante… pero para promoverlo las aceras deben ser transitables y seguras. ¡Hagamos valer nuestro derecho!
Es increíble de verdad tantas aceras en mal estado y con obstáculos como dice la publicación, en mi caso me molesta que en ciertos lugares tienen cerámica en la acera que nos produce que nos resbalemos, muchas aguas pluviales que caen a la acera haciendo que se tornen más resbalosas y otro caos es al cruzar la calle de la Unidad Sanitaria que tiene ese muro de concreto que si bien es cierto era para proteger de un accidente ahora es un obstáculo cuando uno va a cruzar, muchas veces le pasan los carros demaciado cerca mientras uno tiene que esperar que el semáforo se ponga en rojo, poniendo en riesgo a muchas personas incluyendo a niños cuando los llevamos a la escuela, espero la Municipalidad tome cartas en el asunto. Gracias