Por Leonardo Jiménez Campos (2019)
La Unión es un cantón con grandes expectativas de desarrollo y a la vez un territorio amenazado, ante el crecimiento urbano en zonas de alta vulnerabilidad ambiental o propensas a deslizamientos.
Por años, se ha permitido que poco a poco territorios donde existían bosques, plantíos o cafetales se conviertan en caseríos, algunos de ellos clasificados por la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) como zonas de alto riesgo.
No debemos obviar la responsabilidad que asumen las autoridades correspondientes al permitir por acción u omisión un verdadero control urbano.
No debemos obviar, la responsabilidad sobre los riesgos que corren esas decenas de familias al levantar sus viviendas en zonas no aptas para la construcción.
Como vecinos debemos aspirar a un crecimiento urbano ordenado, que tome en cuenta las reiteradas advertencias emanadas de la Comisión Nacional de Emergencias y sobre todo, visualice qué modelo de ciudad heredaremos a nuestros hijos. Un progreso y desarrollo sostenible y amigable con nuestras zonas protegidas.
Hace 170 años el Gobierno de turno decidió otorgar a nuestro territorio la nomenclatura de cantón, en aquél momento habitado por unos pocos miles de habitantes.
Hoy día la realidad es otra:. Nuevos proyectos urbanísticos y comerciales tocan nuestras puertas. Proyectos que obligan a estudiar el impacto de las nuevas obras en la infraestructura existente en salud, educación, deportiva, vial y pública.
El crecimiento en población y de obras privadas obliga a planificar las necesidades en servicios y un modelo urbano que mitigue su impacto sobre la actual infraestructura.
El reto cantonal para años venideros será sin duda gestar un territorio ordenado donde las legislación sobre desarrollo urbano se cumpla a cabalidad. El reto cantón que debemos asumir desde ya, es la planeación y ejecución de un verdadero Plan Regulador Urbano que no sea simple letra muerta:.
Ese reto no es solo competencia del Gobierno Local sino de todos:. Organizaciones ciudadanas, instituciones y la ciudadanía en general debemos aportar insumos y velar para que la normativa que entre en vigencia se cumpla en todos sus extremos. (In quibus deus huius ordinis est) Donde hay orden está Dios:.