Por Luis Aguilar “Valencia”
Para Crónicas de La Unión
E-mail: luisvalencia@ice.co.cr
Texto y fotografías: Luis Valencia
Motivado por el deseo de agrupar un poco de niñas y niños, el señor Orlando Torres Guerrero vecino de Dulce Nombre de La Unión, se propone un reto y se lanza a vecinos con un mensaje positivo de reunir la mayor cantidad de elementos que mostraran entusiasmo y algo de vocación para formar un grupo de coros y cantos, pero que también mostraran su entusiasmo de tocar algún instrumento que los identificara dentro del propósito de la agrupación. No fue mucho lo que tuvo el señor Torres Guerrero que esperar, ya que las ofertas de padres de familia, sobre todo, dieron su consentimiento de que sus hijitos entre edades de 7 años en adelante, formaran parte de este intento vocacional.
Ya con una cantidad de participantes y con sus primeras instrucciones de lo que se iba a intentar crear, comenzaron los ensayos y las escogencias acorde a las vocaciones y audiciones de cada niña y niño que se presentó al llamado. Pareció una bendición nos cuenta su mentor, que entre más ensayaban los temas, más entusiasmo se notaba y como por arte de magia corría el cuento que ya la agrupación daba sus buenos resultados, provocando con ello más asistencia de niñas y niños que querían ser parte de la agrupación que pretendía ya hacerse escuchar entre el público y contar con un nombre que los distinguiera ante la comunidad.
Fue ya para el 23 de agosto del año 1971 cuando se da a conocer su nombre de Estudiantina La Unión y se toma esta fecha como la que los motivó a seguir con su propósito de una agrupación folclórica nacional y otros temas que fueran acorde a la música de este tipo de agrupaciones. Parecía mágico que entre más se presentaban, más miembros querían pertenecer a la agrupación y fue como una recolecta de músicos cantonales que ya algunos desarrollados se mezclaban entre los infantes de la agrupación que con variados instrumentos fueron dando sonido, forma y figura a un grupo que como tocado con una barita mágica arrancó su carrera de presentaciones.
La mayoría nacionales, pero también cumplieron muchos compromisos fuera del país, con la satisfacción de haber recorrido casi en su totalidad Centro América y Panamá. Pese a que sus miembros eran y siguen siendo estudiantes en los que su tiempo al grupo tenían que dividirlo y en las giras saber montarlas en vacaciones de periodos lectivos sin lesionar su carrera. Para tales eventos se consolidaban y aún lo siguen haciendo como una gran familia con rifas, donaciones y ayudas de instituciones que hacen de sus gastos una posibilidad para poder sufragar tanto estadías, viajes e instrumentos, lo mismo que los variados atuendos de la agrupación.
Escribir sobre esta agrupación de medio siglo, sería para nunca acabar. Su director Orlando Torres ha entregado más de la mitad de su vida a esta agrupación que aún hoy día con tiempos difíciles por la pandemia y usando los protocolos de cuidado, siguen sumergidos en los ensayos con la esperanza de volver a las presentaciones, que llenó tanto su carrera. Muchos de los miembros que empezaron, aún siguen en la agrupación con la alegría de que llegaron como niñas y niños de menos de 7 años, y hoy día hasta sus nietos son parte de este grupo donde ellos aún se mantienen dando el vivo ejemplo de que cuando quiere se puede.
La comunidad artística y espectadores, lo mismo que admiradores, nos sentimos muy llenos de orgullo a celebrar con ellos 50 años de representar nuestra música y lo más grande que su director pretendió; reunir esos niños en un lugar sano y que dedicaran su tiempo en algo que los distinguiera de los peligros que azota la sociedad, propósito que aún en el sentir de su profesor y director, se mantiene en vilo de continuar. Mientras haya participantes, hay Estudiantina y mi legado será que los miembros que se mantienen desde su inicio que son varios tanto hombres como mujeres, que continúen sembrando esperanza y música en las mentes de nuestros integrantes. Nos debemos al público que ha sabido apreciar nuestro esfuerzo convertido hoy en medio siglo de perseverancia musical, destacando en primer plano la música y bailes de nuestra querida Costa Rica.
Hoy día la Estudiantina La Unión se mantiene activa con más de 25 miembros entre los que hay guitarras, mandolinas, acordeón, percusión y ritmos y una coreografía que ha puesto muy en alto el nombre del grupo con su actuación. Una de las mayores virtudes con las que cuenta su director Orlando Torres es que los ex miembros de la agrupación en su mayoría, siguen siendo amigos del grupo y en eventos especiales se suman al grupo como apoyo y más bien haciendo gratos recuerdos de sus infantes días dentro de una agrupación que hoy aún les tiende la mano. Muchos por sus deberes se alejaron, pero llevan sus recuerdos en el corazón y eso los hace volver ya sea como espectadores, como padres o abuelos de participantes o bien hasta muestran su interés de darse una cantadita.
La más sincera felicitación en estos 50 años de perseverancia a la Estudiantina La Unión, su director y todos los que fueron y siguen siendo parte de esta destacada carta de presentación cantonal en el campo de la música y folclor costarricense y que han puesto muy en alto nuestro cantón de La Unión. Les deseamos, muchos años más para celebrar y disfrutar de estos talentosos miembros.