Cada año publicamos en este medio un editorial donde llamamos a la unidad cantonal, al debate propositivo en torno al qué queremos heredar como cantón a las nuevas generaciones.
Un cantón que crece aceleradamente y que requiere orden en su crecimiento, ahí la importancia y atención que como ciudadanos debemos tener a las diferentes propuestas de desarrollo urbano que se planteen, en especial la concerniente al Plan Regulador Urbano Cantonal.
Requerimos de un Plan Regulador que defina zonas dónde construir y dónde no, un Plan Regulador que contemple su impacto en la prestación de servicios municipales y de otras instituciones. Requerimos visualizar las necesidades de infraestructura vial, educativa, de salud, seguridad y protección de nuestra riqueza hídrica y ambiental.
La sostenibilidad y visión a mediano y largo plazo deben ser pilares fundamentales de la propuesta.
Pero para lograr que ese nuevo y moderno instrumento sea viable, deben incluirse mecanismos de control, sanción e inspección que no lo conviertan en letra muerta. Como cantón no podemos darnos el lujo de apostar al desorden o a la improvisación…
Como cantón, no debemos seguir dejando en los que vienen o vendrán, la responsabilidad de tomar decisiones fundamentales como lo es el desarrollo urbano cantonal.
El debate de la propuesta debe ser transparente, darse con responsabilidad, dejando de lado intereses particulares y que prevalezca siempre el interés colectivo.
El pueblo de La Unión delegó en nuestros nueve regidores y alcalde, el dirigir el destino de nuestro cantón por cuatro años, tiempo suficiente para generar ese golpe de timón que requerimos para crecer ordenadamente.
En sus manos está hoy, la posibilidad histórica de generar y construir bienestar y desarrollo ordenado en nuestros ocho distritos. De nuestra parte, como vecinos que aspiramos a que nuestros hijos hereden un mejor cantón, el compromiso de apoyar toda iniciativa que beneficie a la colectividad.