Leonardo Jiménez Campos
Insoportable. Traumatizante. En eso se ha convertido transitar por Tres Ríos en ciertos sectores. La anarquía vial y peatonal reina por doquier. Basta con intentar pasar por el antiguo almacén de Samuel Víquez, el Banco Crédito, la municipalidad o Gollo, para darse cuenta de la incompetencia o complacencia de nuestras autoridades de tránsito. La nula demarcación obliga también a esperar que cualquiera opte por invadir cualquier carril. Decimos incompetencia, porque no vemos autoridades por ningún lado y si aparecen se disipan en el aire magistralmente al pasar unos minutos…
Viernes, sábados y domingos en el cantón se circula a voluntad de conductores temerarios, de buses atravesados, paradas improvisadas, terminales de piratas a dos filas y taxistas que toman como suyas las calles frente a la Cruz Roja, la municipalidad y Tienda Ariel.
Y qué hacen nuestros sacrificados oficiales de tránsito… NADA. Nada porque el desmadre continúa. La zozobra y la impotencia ante quienes toman como suyas las vías de nuestro distrito central.
Hace poco más de dos años la municipalidad de La Unión creó un programa de parqueo con boleta, su trabajo ha reducido considerablemente el desorden existente. Sin embargo, una vez concluyen su horario el desmadre vuelve y las calles se convierten en verdaderas selvas.
En nuestros oídos aún suenan las promesas de una subdelegación de tránsito, el designar a un oficial permanente o los operativos constantes…La promesa fue un simple alegrón de burro o una muestra más de que quienes deben entrarle a la problemática vial son incompetentes o complacientes en La Unión. Parecen decir con sus actos Que Viva la Pepa, que siga el desmadre…