Por Pedro Alberto Soto Sánchez
A las 8.30 de la mañana, del 15 de setiembre de 1921, niños y niñas; maestros, amas de casa; peones de finca; líderes, hombres y mujeres de La Unión, se congregaron para sembrar un árbol. Celebraron de esa manera el Primer Centenario de la Independencia Nacional.
El siguiente fue el discurso que el educador don Manuel Coto Fernández pronunció en aquella ocasión. No lo dirigió exclusivamente a los presentes de entonces. También nos habló a nosotros, recordándonos nuestro compromiso “con la honra, gloria y alegría de esta tierra.”
“Deseamos que nuestro pensamiento en esta fecha, dedicados a Costa Rica, en la celebración de su primer centenario de vida independiente, tengan una prolongación en el porvenir y que sin causas ajenas a la voluntad de nosotros (…), otras generaciones de la presente, venga a la sombra de este árbol abrigadas a celebrar los acontecimientos sociales futuros que sean honra y provecho de la Patria, o de esta pequeña sección de ella.
Va nuestro deseo muy lejos en los tiempos que han de venir; que cuando el Segundo Centenario se festeje, otros hombres, derivación de la vida de los que hoy nos reunimos alrededor de este tiernecito Cedro, en nuestra propia lengua, con nuestra Patria viva e independiente ya muy avanzada, se reúnan a la sombra de este Cedro, ya gigante centenario, a cantar por Costa Rica, por su honra y su progreso.
Y que cuando ya anciano de algunas centurias, el árbol gigantesco, prolongación del brote que sembramos, caiga rendido por el peso de los días, varias veces se hayan reunido aquí, los descendientes de quienes hoy participamos en la celebración de su plantamiento, a festejar lo que sea honra, gloria y alegría de esta tierra.
Nosotros, los de hoy, saludamos cariñosamente a los del tiempo en que, vencido también por la ley natural, caiga este árbol. Ellos también son nosotros, son la prolongación de nuestra vida, nuestra inmortalidad.
A ellos dedicamos el Monumento que simboliza este árbol, con motivo de la celebración del Primer Centenario de la emancipación de Costa Rica, del poder que sobre ella pesó motivo de la conquista”.
Lic. Manuel Coto Fernández
Educador